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Viernes 03 de Febrero de 2012 - 10:55 hs

Facebook todavía está a tiempo de descartar la idea de salir a bolsa

Por fin Facebook inició los trámites para cotizar en bolsa, el acontecimiento más esperado en Silicon Valley desde que Google lanzó su primera oferta pública de acciones en 2004.
Después de haber leído el prospecto, que incluye detalles sobre los números de la firma de redes sociales, me atrevo a sugerirle que abandone la idea.

Todavía hay tiempo para cancelar su salida a bolsa. Los datos presentados ofrecen muchas razones por las que Mark Zuckerberg probablemente estaría más contento si detuviera el trámite. El fundador y CEO podría seguir conduciendo a Facebook como una compañía privada y no tener que justificarse ante los de afuera.

Esta compañía saldrá a recaudar fondos de inversores pero no sabe qué hacer con el dinero. Sin embargo, ese es el problema de Facebook; cuando el miércoles presentó los documentos admitió que su flujo de caja y el crédito serán suficientes para satisfacer sus necesidades operativas en el futuro inmediato.

Facebook está lejos de ser una start-up promedio de Silicon Valley, que en general crece mucho y factura poco. De hecho, se está convirtiendo en un auténtico cajero automático. Su flujo de caja libre se incrementó de u$s 190 millones a u$s 470 millones entre 2010 y 2011, mientras que el capital de sus accionistas creció de u$s 2.200 millones a u$s 4.900 millones.

La pregunta es qué planea hacer con los u$s 5.000 adicionales que recaudará con la oferta inicial de acciones. Tiene intención de invertir en bonos del gobierno norteamericano y cajas de ahorro, y quizás usar parte para abonar el impuesto que deben pagar las empresas cuando convierten en acciones a las “unidades de acciones restringidas” entregadas a su personal.

Por lo tanto, el único destino tangible para lo que se recaude con la salida a bolsa será pagar una obligación fiscal que surgirá a partir de su cotización bursátil.
Mientras tanto, Zuckerberg no quiere ceder nada del control que viene ejerciendo en la compañía en los últimos siete años; no quiere accionistas ordinarios con derecho a voto.
Además de tener el 28% de las acciones privilegiadas clase B de Facebook Zuckerberg ejerce el control por medio de poderes de otro 30% de las acciones con voto especial.

Eso le otorga a Zuckerberg el derecho a designar directores, y “controlar el management y los asuntos de nuestra compañía”. hasta se designó a si mismo la capacidad de pasar el control al sucesor que él mismo elija para el caso de su fallecimiento, tal como ocurre en las dinastías.

Facebook no necesita dinero y no quiere accionistas en el camino de su autocrático fundador, ¿Para qué cotizar en bolsa? Además de cumplir con la regulación estadounidense que exige salir a bolsa a las empresas con más de 500 inversores, la motivación de Facebook es clara: gratificar a sus inversores de capital de riesgo y a sus empleados. Y no se trata de una declaración cínica; lo dijo Zuckerberg en una carta a los accionistas nuevos. “Vamos a salir a bolsa por nuestros empleados y nuestros inversores”, escribió. “Cuando les entregamos acciones, nos comprometimos a trabajar para que valgan mucho y sean líquidas, y con esta oferta pública inicial estamos cumpliendo con nuestro compromiso,” continúa la carta.
En términos de Silicon Valley tiene sentido. Los retornos provenientes de ganadores ocasionales como Facebook compensan las malas inversiones que hacen los capitalistas de riesgo en miles de otras start-ups, siempre que los ganadores se vendan a otras compañías o coticen en mercados públicos.

Sin embargo, para la compañía misma, la lógica es mucho menos evidente. Como entidad corporativa, Facebook podría claramente prosperar sin buscar nuevos accionistas.
Hay una alternativa. Dado que Zuckerberg considera a los accionistas como un mal necesario: podría estudiar el caso de Cargill, que es una firma de commodities en manos privados y que opera en 70 países y “ayuda a que les vaya bien a sus clientes a través de la colaboración y la innovación”. Fundada en 1865, todavía no cotiza en bolsa.

Fuente: cronista.com