Debemos ser conscientes de que una buena educación para la convivencia con una mascota es fundamental. Lograr que no hagan las necesidades por cualquier rincón de la casa es uno de los objetivos. Para esto, hay una serie de consejos que pueden servirte.
Enseñar buenos hábitos requiere de disciplina y mucha paciencia. Lo conseguirás al cabo de unas semanas. Y mientras dura ese entrenamiento, no lo regañes si le cuesta un poco más de tiempo orinar fuera de casa, ya que conseguirás el efecto totalmente contrario. Lo que sí podés hacer es reforzar con palabras amables, caricias o alguna que otra golosina, sus avances.

De forma previa, es importante que vigiles el comportamiento de tu mascota en relación con su higiene. ¿Cada cuánto tiempo hace sus necesidades? ¿Ves que hace círculos y huele antes de hacer pis? Cuando notes estas señales, quizá sea el momento de sacarlo a la calle para que vaya comprendiendo esa nueva rutina. Resultará agotador pero satisfactorio a largo plazo.
Podés darle la orden de que haga pis y esperar, tranquilamente, a que lo haga. Hay que ser firme, pero no con reprimendas ni malos modos. Es un animal, pero también merece respeto.

En ocasiones, este comportamiento de los animales de orinar donde no deben responde a un problema de salud más que mal hábito. Así, puede ser que haya comido algo en mal estado, que presente ciertas alteraciones neurológicas que hagan que se despiste o que, bien, tenga episodios de estrés o ansiedad si lo dejaste a cargo de alguien durante tus vacaciones. En cualquier caso, nunca está de más consultar con tu veterinario para descartar problemas mayores.
Mientras dure este lento proceso, esmerate mucho con la higiene en esas zonas para evitar molestos olores y para que no lo tome como su lugar favorito para hacer sus necesidades.