Son una de las pocas actividades que llevan un año sin funcionar. La pandemia los obligó a cerrar sus puertas el 13 de marzo del 2020 en un marco que inicialmente era de 30 días para evitar la concurrencia masiva de personas a espacios cerrados y evitar contagios.
Sin embargo, esos 30 días se convirtieron en un año, y esa fecha parece no tener un día de finalización.
“Es muy probable que este rubro no tenga solución” declara resignado Jorge Reynoso, dueño del boliche “La Pirámide” que se encuentra en el complejo emplazado a la vera de la Ruta 168.
Hace dos años realizó una inversión millonaria y montó el boliche en un lugar que la Municipalidad dispuso para ese tipo de rubro, sacando a los boliches del centro de la ciudad.
“El edificio tiene dos años de vida, uno entero en pandemia, cumplimos un año sin trabajar y creo que es un rubro que no se va volver a actividad” reforzó el empresario. Quien agregó que fueron “el primer rubro inhabilitado y el ultimo que habiliten. Muy a nuestro pesar, porque si uno traspola lo que pasa en la ciudad, es lo mismo que pasa ahí. Por ejemplo, si uno pasa por la plaza Pueyrredón a las 1.30 o 2 de la mañana, está lleno de chicos, es un boliche”.
Si bien destaca que tuvieron reuniones con funcionarios municipales, advierte que la opción que le dieron no es viable: “nos sugirieron que hagamos de esto un bar, pero ahí hay un problema comercial, este lugar no tiene escala para bar, tengo lugar para 6 mil personas y me darían lugar para mil y tendría que poner mil sillas y 250 mesas, pero la zona de bares es Candiotti, nadie vendría a un bar de esta escala”.
“Las visuales tampoco ayudan, tenemos la ruta 168 de un lado y la Vuelta del Paraguayo del otro. No podemos competir con bares que tienen el río y el puente” suma Reynoso.
Además, hay otra cosa que cambió, los jóvenes, parecen haberse adaptado a una nueva forma de divertirse que son las fiestas clandestinas o los eventos más espontáneos. “Está decantado que lo clandestino es lo convocante, los únicos que van a venir a estos lugares son los menores, que no están habilitados. Porque el sector etario que venía se va a quedar en los bares” afirmó el empresario nocturno.
“¿Podrías vivir un año sin trabajar? De acá cuando termine la pandemia, tenemos que ver cómo responde el público. Nos fundieron, primero el Municipio –con la ordenanza que los llevó a las afueras de la ciudad- y después la pandemia” concluyó.
Además, el lugar y sus inmediaciones luce abandonado. Los yuyos cubren todo el camino y no funciona el alumbrado público. El informe de Oscar Paredes: