En 2018 el caso de Kiki tomó estado público cuando luego de tres años de vivir con Cristina Morla en el marco del programa de Familias Solidarias y cursando el pedido de adopción, la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, definió que el menor sea entregado a otro grupo familiar oriundo de San Carlos.
En ese momento, comenzó un peregrinar para su recuperación tanto por los medios como por los intrincados caminos de la Justicia y la burocracia estatal.
Cuatro meses después de ese 4 de septiembre en que fue alejado de su familia sustituta, la Justicia revirtió esa decisión, y Kiki volvió a estar en el único hogar que conocía desde bebé.
Sin embargo, comenzaba otro derrotero que era lograr la adopción definitiva no solo de Kiki sino de su hermanito, que en ese momento era bebé.
Finalmente, este miércoles Cristina Morla recibió la notificación que le informaba que le otorgaron la adopción definitiva de los dos niños.
"Tengo tantos sentimientos encontrados que por momentos me río, después lloro", contó a LT10. "Era algo que tenía que llegar porque si bien son mis hijos faltaba ese papelito para quedarme tranquila y decir ahora está todo logrado", dijo Cristina.
La satisfacción no es solo por ella sino por los niños. "Kiki me quería como mamá y esto es muy importante para él. Cuando nos enteramos de la existencia de su hermano también lo quisimos en nuestra familia y todo se dio de manera positiva por lo que estamos todos muy felices".
Cuando Kiki llegó a la vida de Cristina tenía un año y medio, "la única familia que registra somos nosotros, ya tiene 6 años, y Sebastián tiene cuatro", contó sobre sus hijos.
"Siempre le pedí a Dios que me mostrara el camino luego de lo que pasamos, que se diera si era lo correcto, y tuvo que ser así. Lo que más feliz me pone es que él quería formar la familia que ahora definitivamente tiene", agregó Cristina conmovida en este día especial.