La tragedia del Leyes cumple 49 años y es un recuerdo que los santafesinos no pueden borrar. Entre todas las anécdotas sobre lo sucedido, una de las que más se destaca es la de Alicia Poncelas. Muchos conocen su historia: ella era la beba de un año que pudo flotar en el Arroyo Leyes tras el accidente y la caída del micro a las aguas el 20 de noviembre de 1970. Es uno de los puntos fuertes del relato y seguramente está ligado a su toque esperanzador de la tragedia que se llevó 54 vidas tras la caída del ómnibus a las aguas.
El tiempo pasó y la historia se fue armando como un rompecabezas años tras año y Alicia Poncelas pudo reconstruir paso a paso lo que ocurrió aquel día fatal.
En el accidente perdió a sus padres y fue su tía quien la adoptó y nunca le ocultó la historia.
Poncelas en vísperas de ser abuela de Roma, una beba que viene en camino, habló con LT10 sobre su historia y lo que provocó el accidente en su vida y dijo que en un principio le costaba mucho “hablar de este tema" vinculado a su infancia.
“Mi mamá adoptiva es la hermana de mi mamá biológica. Ella siempre me contó todo pero no delante de mi padre adoptivo. Él no quería que se hable de eso. Entonces es como que me crié con ese mensaje. Entonces no contaba mucho. Después fui creciendo, mi historia ya era conocida y gracias a una psicopedagoga pude naturalizar el accidente.
Con respecto a lo ocurrido aquel 20 de noviembre de 1970, explicó: “tenía un año y obviamente no tengo recuerdos”.
“Mi familia y yo íbamos a buscar a mi abuela a Helvecia. A la altura de Arroyo Leyes se rompe el eje del colectivo y caemos al agua. En ese momento, mi madre me saca por la ventanilla y me deja sobre el agua pensando que era la única manera de salvarme. Supongo que alguien o su instinto de madre le dijo que debía hacerlo. Mis padres sabían nadar pero nunca pudieron escapar del micro” afirmó la mujer. Luego siguió: “En ese momento, tras el estruendo sobre el río, es el Tata Escobar quien tenía una despensa sobre el borde del río y de manera automática sale a rescatar gente”.
Siguiendo con el relato, Alicia explicó que según lo que le contó Escobar tras su primer reencuentro en 2001, es que el pescador desde la canoa, pudo divisar (lo que pensó que era) una muñeca flotando. Cuando se acerca para sacarla, ve que es una nena, que mueve un brazo, y la sube a la lancha. Ya en la embarcación, se da cuenta de que la nena no respira y busca ayuda inmediatamente. Es en ese momento, del otro lado del río, cuando pasa a Poncelas a otra lancha donde se encontraba el ingeniero Occhi, quien le realiza RCP y puede salvarle la vida a la beba.
La historia conmueve y a lo largo de los años sigue vigente por el acto heroico de los protagonistas. Por un lado, los padres de Poncelas que logran dejarla fuera del micro para morir atrapados dentro. Luego, el accionar rápido del pescador y el ingeniero que pudieron salvarle la vida a la beba de un año que logró no hundirse gracias a la flotación que le otorgó su bombachita de goma. Por último, la posibilidad gracias a la gestión del periodista Juan Trento de que los protagonistas de la historia puedan volver a encontrarse tras tantos años.