El próximo lunes arranca el proceso penal contra el exboxeador santafesino Carlos "Tata" Baldomir, quien desde hace 3 años está en prisión preventiva, será juzgado por ser autor de los delitos de abuso sexual con acceso carnal calificado y abuso sexual gravemente ultrajante calificado.
En ambos casos, las agravantes son por ser el imputado ascendiente de la víctima; por la convivencia preexistente con la niña; y por tratarse de una menor de 18 años.
Baldomir, de 47 años, está preso en la cárcel de Las Flores a la espera del jucio. La pena que pidió la fiscalía por el presunto abuso de su hija fue de 20 años.
Cuando se realizó la cámara Gesell a la hija del expúgil relató que los abusos habrían comenzado a la edad de 7, y se a través de los peritos se confirmó la veracidad de los dichos de la niña. Los abusos habrían durado hasta los 14. Este procedimiento fue una de las pruebas fundamentales que se tuvieron en cuenta al momento de confirmar la prisión preventiva del acusado.
Según detalló el abogado de la querella, Néstor Oroño, para el juicio están citados 14 testigos, 9 propuestos por la acusación y el resto por parte de la defensa del acusado.
En cuanto a la pena, coincidió con el pedido de la fiscalía, "hemos unificado la pretención tanto en los términos de la acusación como con la cuantía de la plena", señaló Oroño en Al Derecho y al Revés.
Además, destacó el carácter de la acusación que pesa sobre Baldomir. "Teniendo en cuenta la gravedad de la imputación acompañamos la pena que pidió la fiscalía"
La investigación
Comenzó el 29 de octubre de 2016 a raíz de una denuncia realizada por la madre de la víctima en el Centro de Orientación a la Víctima de Violencia Familiar y Sexual de la Unidad Regional I de la policía. Por su parte, el 26 de diciembre de 2017 Baldomir fue imputado como autor de los delitos.
Durante la etapa de investigación, la menor fue entrevistada en Cámara Gesell. “Según los psicólogos que dialogaron con ella, la niña hizo un relato lógico y coherente”, sostuvo la fiscal. En tal sentido, destacó que “los profesionales concluyeron que se puede inferir credibilidad en el relato, dado que existen elementos suficientes que refieren a la veracidad y precisión de la declaración testimonial”.
El caso
Los ilícitos comenzaron a ser cometidos en 2008 cuando la niña tenía menos de siete años. Según el relato de la propia víctima, ocurrieron en la vivienda que compartía con su padre –y en la que también vivía la madre de la menor y otros hermanos– en la ciudad de Santa Fe.
Desde la fiscalía informaron en ese momento que la niña detalló que los abusos se mantuvieron a lo largo del tiempo y se consumaron también en otros lugares. En al menos dos oportunidades, ocurrieron mientras la víctima y su padre se trasladaban en un automóvil, incluso ante la presencia de otras personas.
Además, hubo hechos que fueron cometidos en una vivienda ubicada en la ciudad de Junín (provincia de Buenos Aires) a la que el acusado se mudó –luego de separarse de su pareja– y a la que sus hijos iban a visitarlo.