Adriana se encuentra internada en un nosocomio local. Nunca en su vida imaginó que iba a entrar a un hospital, llena de sangre y en estado de shock por un balazo en la cabeza.
El lunes por la noche la mujer recibió un tiro tras un asalto a la panadería donde trabaja. En el lugar se hizo presente un delincuente que se llevó la recaudación y el teléfono de la mujer y se dio a la fuga en una moto donde lo esperaba un cómplice para el escape.
Tras el disparo se pudo constatar que la herida fue superficial y vive de milagro.
“El chico me disparó igual. Ya le había dado el dinero y mi teléfono pero disparó igual”, destaca Adriana a los micrófonos de LT10 mientras se recupera de las heridas en un sanatorio privado.
La empleada de la panadería ubicada en Rivadavia al 6.600 explicó el hecho y dijo que "tras las amenazas del delincuente, puso todo el dinero dentro de una bolsa junto a su celular personal". Es en ese momento se escuchó la puerta del local e ingresó una mujer junto a su hija y el delincuente decidió gatillar sobre la empleada.
“Yo creo que se asustó. Ya le había dado todo lo que me había pedido. Mientras me apuntaba con el arma me decía que ponga todo sobre la mesa. Cuándo ingresaron estas dos personas se puso muy nervioso y fue cuando decide disparar y darse a la fuga”, explicó Adriana.
Tras el disparo la mujer nunca perdió el conocimiento. Si explica que estaba aturdida por la explosión del disparo que se produjo a menos de un metro de distancia.
“Lo único que nos separaba era el mostrador. Levantó el brazo y disparó. Yo cerré los ojos y me fui para atrás sin ver nada. Es en ese momento cuando me toco la cabeza y me doy cuenta que tengo sangre. Como pude, llamé al encargado y es el quién da aviso a la policía y a los servicios de emergencia”, dijo la panadera.
La mujer fue trasladada al hospital Cullen donde recibió los primeros auxilios. En ese lugar, se constató que la mujer sufrió el ingreso de la bala dentro del cuero cabelludo pero sin ingreso al cráneo. Tras las curaciones pertinentes fue derivada a un sanatorio privado donde se recupera favorablemente.
Con respecto al delincuente Adriana explicó que “no se lo veía fuera de sí”. Y describió que se trataba de un muchacho joven que “no superaba los 20 años”.
Se investigan por estos momentos las imágenes que fueron captadas por las cámaras de seguridad del lugar. Era un muchacho joven y creo que su edad no llegaba a los 20 años.