Pasó lo que tenía que pasar. Lo que era previsible y que se veía venir. En gran parte era un hecho que Orlando Manuel Nano Leiva, el actual jefe de la barra de Colón no iba a durar mucho tiempo internado dentro del hospital Cullen, pese a las órdenes de reposo por parte de los médicos que lo atienden tras ser acribillado a balazos el pasado 18 de mayo en el Barrio Centenario.
Leiva escapó sin dar aviso a los médicos ni firmar ningún tipo de alta médica. Lo hizo cuando era trasladado a la sala de curaciones desde la habitación número seis donde estaba internado. Se analiza mediante las cámaras de seguridad si hubo algún tipo de complicidad. Algunos testigos afirmaron que en el momento del escape, cuando el paciente llega a la calle un automóvil lo esperaba y rápidamente se fue del lugar.
El jefe de la barra sabalera estaba internado desde el pasado 27 de mayo cuando tuvo que reingresar al nosocomio debido a un cuadro febril producto de una infección en la herida de uno de los disparos que entró en el colon del paciente.
Su primera entrada tras la balacera
El 18 de mayo una lluvia de balas se escuchó en el Centenario. Luego, un llamado al 911 alertó sobre un hecho de violencia en la puerta de una vivienda ubicada en el sur de la ciudad. Ese episodio dejó como saldo a un masculino herido con varios impactos de arma de fuego en sus miembros inferiores. Según trascendió los atacantes conocían a Leiva y el ataque tiene está enmarcado en la interna sabalera que se viene dando desde hace unos meses por el poder de la barra.
Tras el traslado de la unidad sanitaria, se pudo saber que el mismo era el actual jefe de la barra de Colón. Era el prólogo de una guerra anunciada. Tras este ataque hubo al menos tres episodios que tendrían relación con los disparos a Leiva.
La historia siguió en la madrugada del 29 de mayo luego del partido que Colón disputó contra River de Uruguay. Tras la culminación del encuentro y ya cayendo la madrugada dos sujetos irrumpieron en la Manzana 11 del barrio San Jerónimo y atacaron una vivienda que es ocupada por familiares de Leiva. En ese lugar se escucharon al menos 50 disparos y hay audios de los vecinos que lo corroboran. Allí balearon a Alejandro Rodríguez de 48 años y apuñalaron a dos mujeres, Mariana González de 47 años y Camila Rodríguez de 21. A pesar de las heridas las tres personas sobrevivieron a los ataques.
Tras este ataque una mujer fue detenida dentro del hospital Cullen cuando dentro de la mochila llevaba un cuchillo que pretendía ingresar a la sala 6 donde estaba internado Nano Leiva. Tras movimientos sospechosos la mujer fue detenida por personal policial y trasladada a la comisaría. Fue liberada esa misma noche.
Por el ataque del 29 de mayo una persona fue detenida el pasado martes al mediodía. Se trata de un joven de 27 años que tendría directa relación con el hecho. Por otro lado se sigue buscando intensamente a un tal Chucky” que permanece prófugo y que también habría participado del ataque.