El viernes 10 de mayo, María Sol Salas, de 25 años, recibió un disparo de arma de fuego a manos de su hermano, Luciano Salas (24), y quedó internada en la terapia intensiva del hospital Cullen, donde desde la madrugada del sábado 11 pelea por su vida. El jueves 23, el joven fue detenido por la PDI en la casa de su madre, donde funciona un templo umbanda. Luego se supo que ambos (esta última y su hijo) pertenecen a esa secta.
En la mañana de hoy se realizó en los tribunales santafesinos la audiencia imputativa contra el acusado. Durante la misma surgió que el episodio habría sido accidental: así lo manifestó él mismo y varios testigos del hecho, y así coincidió el fiscal del caso, Martín Torres.
El funcionario del MPA no lo imputó por tentativa de homicidio, como se había planteado en un principio, sino por lesiones graves culposas. "Se le atribuyó la comisión de un hecho imprudente", explicó al móvil de Litus y LT10. Sin embargo, "no obra en el legajo ninguna constancia de que haya habido dolo". Es decir: no hubo intención.
Por ello, Luciano Salas quedó en libertad y con medidas alternativas. Entre ellas, la imposibilidad de acercarse a su hermana. El fiscal quiere resguardar el testimonio de la joven, una vez que cobre la conciencia.