"Me desperté un rato antes de las 5:00 y los pies me pesaban un kilo cada uno", dijo a LT10 Daniel Ribero, presidente del club San Martín de Progreso, la institución donde esta mañana se lleva a cabo la sentida despedida del futbolista Emiliano Sala.
Para él, tanto como para la familia y todo el pueblo, hoy fue muy difícil entrar al club. Un lugar que usualmente está lleno de vida, plagado de chicos haciendo deporte, punto de encuentro de amigos, hoy se tranformó en un lugar de atmósfera pesada, silencio, respeto y tristeza entre todos los que asisten a darle el último adiós a 'Emi'.
"Tuve esa sensación de no querer venir al club, lugar al que vengo cotidianamente con mucha alegría", contó Rivero.
Es que los últimos 25 días fueron demoledores para el presidente de la entidad que vio crecer deportivamente a Emiliano: "Pasamos por todas las sensaciones; del shock de la noticia, la esperanza de que ambos sean encontrados con vida y la pérdida de la ilusión para llegar a conformarnos, si se puede decir así, con que hayan encontrado el cuerpo y hoy poder darle el último adiós y que la familia también tenga su lugar para comenzar con el duelo".
Y aunque a Daniel le costó mucho llegar al club y sobre todo entrar al polideportivo, se puso "la coraza para ser sostén de la familia" que transita este momento con mucho dolor por la situación.
Reflexionando sobre cómo van a ser los próximos días en el club, Rivero expresó que la imagen de hoy "va a quedar por muchísimo tiempo", pero "dentro del dolor tenemos el orgullo de darle el último adiós en nuestro San Martín de Progreso".
Paradójicamente, "su carrera termina donde tenía que terminar, en el club que lo vio nacer y siempre llevó en su corazón", manifestó el presidente del club que a partir de mañana empezará a ponerse de pie cerrando la herida por la pérdida de un chico tan querido en Progreso como lo es Emiliano Sala.