Lt 10

“Se ha caído en el facilismo de culpar siempre a Grondona. Y la tiene, ¡y cómo la tiene! Pero lleva 30 años porque los 10, 15 clubes lo sostienen o viven de sostenerlo. Y encima tienen la suerte de que mientras Venezuela exporta petróleo y Bolivia estaño, acá futbolistas. Y eso que cada vez juegan peor. Es un caos”, relató con dureza el director técnico campeón del mundo con la Selección Argentina en 1978, César Luis Menotti, en diálogo con el diario As.



Luego, “El Flaco” siguió disparando contra el estilo de juego actual del fútbol argentino: “Cuando yo jugaba, tirabas un centro y si no caía en la cabeza de delantero te gritaban. ¡Ahora ni saben sacar córners! Y se pierde asistencia mientras Europa recupera el público futbolero. España debate de estilo y Argentina de botineras, cortes de pelo y boludeces”.



Además, reivindicó el famosos “Tiki Tiki”: “Es un estilo que ha crecido alternando los elogios y la envidia. El 99% de los entrenadores quisiera jugar como el Barcelona, pero muchos no saben. No es ponerse a decir 'toque, toque, toque'. Es más complicado jugar así que poner cuatro centrales en la cancha. Los tiempos los marca la inteligencia. Tenés que dar los toques necesarios para encontrar el espacio”.



Otro de los apuntados con dureza por el ex DT de Independiente fue la Selección Argentina: “Acá Riquelme pisa la bola, levanta la cabeza y solo ve a Palermo delante. O Argentina, con tres cincos: Mascherano, Cambiasso y Banega, más Rojo, Zanetti ¿A quién asistimos?. España y el Barcelona ganan, juegan bien y los imitan todos menos Argentina. Acá hay una generación de entrenadores lamentables”.



Por otra parte, Menotti se puso, de manera indirecta, el cartel de salvador del fútbol argentino y criticó, también de manera indirecta, a Carlos Salvador Bilardo: “Acá el fútbol ya se salvó una vez gracias al Huracán del ‘73 (equipo entrenador por el Flaco). El caos del fútbol argentino era terrorífico. Estudiantes reinaba dando patadas y con los alfileres. Pero aparece un equipo que juega bien al fútbol y sale campeón. Eso da chance a la juventud y a los futbolistas. Y el mensaje cala: Se puede jugar bien, se puede salir campeón. La influencia es tan grande, el efecto tan bueno”.



Por último, se refirió a los problemas de violencia en el fútbol argentino: “Las barras son detestables, tienen una complicidad espantosa con las fuerzas y poderes políticos. La barra puede haber intentado otras cosas, pero no lo de Monumental. Los poderes políticos y económicos las conocen y las usan. Hay una marginalidad que surge de una desculturización histórica de este país que ha llegado a la clase media. Al joven no le importa nada, tiene un alto consumo de drogas y ningún compromiso social. Y surge en este tipo de eventos”.