Cinco víctimas dejó como saldo el ataque a tiros de un agente penitenciario en barrio Alfonso. El hombre, Facundo Solís, llegó a la casa donde vivía su exmujer y según las primeras informaciones policiales luego de mantener una discusión sacó el arma reglamentaria y le disparó.
La víctima, identificada como Mariela Noguera, intentó escapar hacia la calle corriendo pero el hombre volvió a tirarle causándole la muerte en la vereda.
Las demás víctimas
Tras asesinar a su ex pareja, Solís se dirigió hacia otras dos viviendas de la misma manzana, en las que asesinó a su exsuegra, Carmen Loseco, a su ex cuñada Sonia Noguera, a su hijastra Ailén Soto, y al novio de esta última. Las tres primeras eran, respectivamente, la madre, hermana e hija de la primera víctima.
Según sus allegados, hace un año Mariela Noguera había radicado una denuncia contra Solís por violencia de género, que ratificó días atrás porque el funcionario del Servicio Penitenciario volvió a golpearla, violando la orden de restricción que pesaba sobre él. Desde el Ministerio Público de la Acusación, sin embargo, sólo ratificaron que el hombre fue denunciado por lesiones leves el 3 de diciembre pasado.
Tras matar a las cinco personas, Solís se atrincheró pero la policía logró detenerlo y secuestrarle el arma 9 mm que usó para cometer los homicidios.
El herido
Solís hirió también a un menor de 17 años, hijo de la hermana de Mariela que también fue asesinada. El adolescente fue trasladado al hospital Cullen con un tiro en el brazo y se encuentra fuera de peligro.
“La herida no puso en peligro su vida”, dijo Juan Pablo Poletti, director del hospital. “Tiene además una fractura de cúbito producto del impacto de la bala y está siendo evaluado por el equipo de traumatología”, agregó el médico.
En tanto, aclaró que se dispuso un operativo de contención para atender al menor.
Antes de cometer la masacre, Solís, fue al mediodía a buscar a los dos hijos que tenía en común con Mariela Noguera, los llevó a la casa de su madre -abuela de los chicos- que vive en barrio Santa Rosa de Lima. Más tarde regresó y terminó con la vida de cinco personas.