El gol no solo simboliza la emoción máxima del fútbol, sino que además suele dejar una huella, una marca, generar una imagen que será recordará -en mayor o menor medida- por un buen tiempo. Y aquellos que tengan la capacidad de convertir seguido irán introduciéndose en la historia de la camiseta que los arrope, en la memoria de sus hinchas, convirtiéndose en goleadores.
Son recordados con afecto aquellos que han marcado seguido durante un largo tiempo. Pero más recordados aún son los que tienen el mágico don de anotarse en partidos importantes, en situaciones que agigantan el recuerdo y el cariño de sus simpatizantes, porque representan hechos puntuales que se vinculan a un sentimiento pocas veces vivido.
Conforme ha pasado el tiempo, para los que viven del gol, las cosas se fueron empiojando. Los esquemas, las obligaciones y los temores han ido reduciendo la cantidad de atacantes y aumentando la de los encargados de truncarles el objetivo. Salvo raras excepciones, del gol ya no se vive, es solo un alimento más. Aunque siempre hubo excepciones, y siempre las habrá. Lo que nadie tuvo en cuenta ni en Tostado, ni en Santa Fe, es que uno de esos revolucionarios estaba rondando estas latitudes.
Pocos vislumbraban en ese delantero elegante, flaco, de perfil bajo y buena técnica un potencial como el que ha desarrollado. El Mundo Sabalero empezó a conocerlo más por necesidad que por apuesta, y así se abrió camino Lucas. Empuñando sacrificio en un Colón repleto de pibes sostuvo la dignidad de esos colores y la de ese equipo convirtiendo en el último segundo, del último minuto, del último partido, para incrustarse en el alma de esos incondicionales eternamente, y para darle una chance más de mantenerse en Primera. Aunque luego no haya sido suficiente.
Ese mismo Lucas fue el que agarró la pelota más caliente en mucho tiempo para patear el penal que le permitiría, al rojinegro, el regreso a la máxima categoría de nuestro fútbol. Siempre transmitiendo la tranquilidad del que se sabe seguro. Sin histrionismo, sin exageración en sus festejos.
Allí seguramente Gallardo vio lo que nadie a esas alturas, y consiguió entonces mudar su talento y su talante a Núñez. Y Lucas pagó enseguida, pero siempre a su manera: en momentos estelares. Se hizo presente con un aplomo asombroso en la Copa Libertadores señalando en una de las semifinales, y en una de las finales para que River levante ese majestuoso trofeo continental luego de diecinueve años de espera.
Llevó su estrella a Japón para poner, con su conquista, al Millonario en la final del Mundial de Clubes ante el omnipotente Barcelona. Anotó, más tarde, en la Recopa Sudamericana frente a Independiente Santa Fe de Colombia sumando otra presea al museo riverplatense y sobre el cierre del año pasado convirtió un triplete inolvidable contribuyendo de histórica manera en la conquista de la Copa Argentina.
Todos sus goles –excepto dos-, poco más de cuarenta en poco más de ochenta partidos millonarios han sido útiles, han servido para sumar puntos. Asimismo, rara vez decoró el score, muy por el contrario en varias ocasiones concretó el gol de la victoria.
Las estadísticas muchas veces son simples números, pero otras veces, como esta, ponen de manifiesto el crecimiento y la capacidad de superación constante de un pibe que juega a la pelota. Lucas es un tostadense de corazón, que tiene sangre pueblerina, que tuvo una infancia de a pie, que tuvo potrero y descampados por canchas cuando pibe, que soñó en grande como todos, que se equivocó quizá en una foto hace pocas horas, pero que sobre todo es un buen tipo… un tipo con un don particular si los hay: el don de hacerse enorme en los grandes escenarios y en las grandes citas.
Probablemente tenga futuro de Selección, pero por el momento es el futuro del Bayer Leverkusen y el pasado exitosamente inmediato de River Plate. Ojalá los hinchas millonarios no pierdan ese dato de vista para ceder a los carroñeros que intentan denigrarlo. Vaya Flaco a la conquista de nuevos desafíos, y hágalo en paz. Usted se lo ha ganado y usted tiene madera y talento para hacerlo.