Colón - Por César Carignano

Sábado 08 de Abril de 2017 - 09:24 hs

Los sueños pueden no parecer tan lejanos

Columna de opinión sobre el buen momento de Colón, quien acumuló cuatro triunfos consecutivos.

Adaptarse, modificar considerando lo que hay enfrente es, al final de cuentas una opción que surge del sincero análisis de lo propio. Las filosofías de juego inamovibles se nutren de planteles cuyas capacidades, jerarquías o virtudes están por encima de la media.

No es este el caso de Colón, pero tampoco el de las mayorías que habitan nuestro fútbol. Construir identidad en esta patria futbolera se asemeja más a la lectura y la resolución de los obstáculos futbolísticos de cada semana que a una idea intransigente que roza el fundamentalismo por el simple hecho de que es una tendencia mundial. O dicho de otro modo, no es sencillo parecerse al Barcelona por el solo hecho de emular sus esquemas tácticos. El entorno influye, la gente, las canchas, los arbitrajes, las necesidades y la intolerancia, también. Y mucho.

El preciso tener un plan madre, es cierto. Tan preciso como tener alternativas. Las ideas deben ser un refugio en la confusión más que una atadura. Los entrenadores deben entenderlo y transmitírselo a sus futbolistas. Ese es el punto de partida.

Un entrenador que acepta el error y varía en consecuencia es creíble, genera empatía. Y si además sus lecturas y sus propuestas encuentran eco en los resultados, genera confianza. Así, todo se encamina con mayor armonía, aunque esto no sea sinónimo de facilidad.

Me parece que por ahí se va edificando el presente de este equipo de Domínguez. Porque supo transmitir, en el entretiempo de su debut ante Olimpo, que los planes secundarios pasan a ver vitales de un momento para otro ante un rival que complica. Porque les hizo entender que el clásico primero debía ganarse en la mitad del campo. Porque no titubeó en aceptar la superioridad de Lanús metiendo un cambio defensivo cuando el granate comenzaba a desbordar el plan rojinegro. Porque interpretó que cuando los méritos se desinflaban aun podía ganar con cambios en Córdoba y porque frente a Godoy Cruz comprendió que era hora de hacer valer el hombre de más moviendo rápido el banco apostando al arco de enfrente.

Puede que sea obra del azar o de la casualidad pero algún atributo propio habrá en esto de ganar en el 15 de Abril con dos de los varios cabezazos que tuvo en el área de Nereo; o en aquello de que la primera jugada ante Lanús haya sido altamente coordinada y eficaz; o en eso de que Leguizamón entre y convierta ante Belgrano; o finalmente en esto de que Colón deje a su capitán en el vestuario en el entretiempo y asuma con autoridad el protagonismo que exigía la noche de anoche en el Brigadier.

Un resultado puede ser fortuito, dos quizás también, pero cuatro victorias en hilera y sin recibir goles deben obligatoriamente tener fundamentos.

Puede que no hayan sido holgados desde el resultado ni desde el desarrollo los triunfos, pero ha resuelto este equipo cada partido sin ser superado con amplitud por sus rivales y acumulando sus merecimientos. No es tan sencillo vencer a un equipo alternativo ni tampoco hacer valer el hombre de más. No obstante este grupo lo ha hecho.

Todo cuesta en el Barrio Centenario, pero las metas se van alcanzando y aunque nadie lo diga y talvez muchos ni lo piensen hoy se está más cerca del cielo que del infierno, en términos de objetivos deportivos claro está. 

Será momento de mantener la mesura y aprovechar el entonado ánimo para no perder el eje, realizar el análisis más justo posible de cada encuentro y seguir creciendo. Es cierto que falta mucho, tan cierto como que ya un largo tramo de este campeonato ha quedado en el camino. Pero con solidez, humildad, un sentido tan alto del compromiso colectivo, los fantasmas del abismo bastante lejos y un contexto como el que presenta el torneo por estos días los sueños pueden no parecer tan lejanos.

Fuente: LT10