Ciencia - Cambios

Jueves 09 de Marzo de 2017 - 17:37 hs

¿Puede la música influenciar el comportamiento?

El sonido es vibración, la vibración es una energía que se trasmite en forma de ondas que llegan a nuestro oído y luego va al cerebro. ¿Que pasa una vez allí?

Imagen ilustrativa

La música es considerada como arte, ciencia e idioma universal, y los estudios e investigaciones  realizados determinan una gran influencia sobre las emociones. Ejerce una fuerza emocional sobre las personas de todas las edades. Surgiendo la importancia de una educación musical sobre todo en los jóvenes.

La psicología de la música es uno de los campos que se comenzó a tratar a comienzos del siglo XX.

Josefa Lacárcel Moreno, en su obra: “Psicología de la música y emoción musical” nos explica que la música es sonido, el sonido es vibración, la vibración es una energía que se trasmite en forma de ondas que llegan a nuestro oído y luego va al cerebro. Pueden ser de naturaleza: agradable, desagradable, excitantes, tranquilizadoras, etc. trasmitiendo un mensaje que puede ser más o menos significativo dependiendo de diversos factores.

Lacárcel afirma “La música afecta de tal forma al nivel psicofisiológico y emocional de la persona, que me atrevería a decir que existe una necesidad de estimular el pensamiento positivo y las emociones constructivas mediante la música. Solo tenemos que observar que al escuchar una audición adecuada para alcanzar una relajación; el estado de ansiedad, la curva respiratoria y la frecuencia cardiaca descienden significativamente”.

En una edición del Artista en REDALYC.org publicado en diciembre de 2015 afirma que en un Congreso celebrado por la UNESCO en Copenhague, en 1958, sobre Pedagogía musical, con  la asistencia de muchos pedagogos y compositores, quienes según su experiencia llegaron a la conclusión de revalorizar la importancia de la educación musical.

Fernando Palacios, pedagogo en las Palmas, Gran Canarias, explica que las principales corrientes pedagógico-musicales urgidas a lo largo del siglo XX han demostrado que la educación auditiva es un gran vehículo para desarrollar la atención, la capacidad para concentrarse y mejorar la memoria y la sensibilidad, favoreciendo al desarrollo intelectual, afectivo interpersonal de los jóvenes, siendo necesario una verdadera educación auditiva “que proporcione a los alumnos los conocimientos necesarios para ampliar su capacidad de apreciación y en consecuencia la capacidad de comprensión de la música escuchada”.

Como conclusión en esta publicación los pedagogos e investigadores aconsejan que en la realidad social en que están inmersos la mayoría de jóvenes es necesario fomentar la capacidad de apreciación musical, estas les permitirán comprender, valorar y disfrutar de otras composiciones musicales, de otros géneros y estilos distintos a los de su preferencia.

Naomi Ziv, Psicóloga de la Universidad de Estudios Académicos de Gerencia de Israel dice:

“En la vida real, la música es utilizada para manipular a las personas en todos los sentidos (…). Puede hacer a la gente más obediente, agresiva e incluso racista”.

Las investigaciones de Naomi Ziv dicen que las canciones fáciles de escuchar suelen ser las más peligrosas. En el 2011 en una investigación concluyo que ciertas músicas tienen el poder de alterar el juicio moral de las personas.

A un grupo de voluntarios se le pidió que escucharan un comercial ficticio de una página web que ofrecía documentos falsos a las personas para que cobraran una pensión más alta, la mitad del grupo que escucho el comercial se les hizo que escucharan como música de fondo “una pequeña serenata nocturna” de Mozart y la otra mitad no tuvo música.

Luego a otro grupo de participantes se le pidió que escucharan otro comercial donde describía como harían trampa en un trabajo académico utilizando una página web, de igual forma que la anterior a la mitad de voluntarios se le pidió escuchar esta vez la música de James Brown: I feel good, y a la otra mitad no escuchar música.

En ambos casos los que escucharon la música de fondo se mostraron inclinados a aceptar los comportamientos antiéticos que promovían los comerciales.

En otro estudio publicado en la revista Psicología de la Música, se observan experiencias donde se les pedía a estudiantes ser crueles con sus compañeros, un grupo oyó la música de James Brown y otro grupo la música de Elvis Crespo: Suavemente, y otro grupo no escucho música. El resultado “Fue realmente estremecedor, se les pedía hacer algo que implicaba herir a otra persona y muchos de ellos dijeron que lo harían”, comentó Naomi Ziv.

En otro estudio Anne Schirmer, neurocientífica de la Universidad de Singapur, descubrió que el ritmo de un sonido puede sincronizarse con el comportamiento y pensamiento de un grupo de personas.

Por ejemplo, dice que el ritmo de un tambor ocasiona ondas cerebrales, para adaptarse a esos compases. Estos descubrimientos nos llevan a explicar porqué los tambores cumplen una función muy importante en ceremonias y porqué los ejércitos marchan al compás de un tambor. “El ritmo sincroniza a todos los individuos de un grupo, de manera que tanto su pensamiento como su comportamiento se alinean temporalmente”, explica Anne Schirmer.

Ziv afirma que aún no está claro cómo la música puede influenciar el comportamiento más allá de las investigaciones de laboratorio aunque sospecha que el efecto puede ser profundo. Para reforzar su posición menciona en los casos del futbol la influencia que puede tener las canciones de los equipos que pueden conducir a la violencia.

“La música puede crear un sentimiento de cohesión y entendimiento, cuando las personas hacen cosas juntas pueden llegar a estar inclinadas a llegar a acuerdos entre sí. Esto lleva a algo llamado pensamiento colectivo que puede generar un deterioro de los principios morales”, concluye Ziv.

Fuente: La gran época