Hoy - Alimentos

Miércoles 01 de Junio de 2016 - 15:52 hs

El 94% de las argentinas no ingiere suficiente calcio

Lo advierten los médicos, en el Día Internacional de la Leche.

Foto La Nación

En el Día Internacional de la Leche los especialistas dicen, casi al unísono, que este alimento es fundamental para los seres humanos y que debe consumirse en todas las etapas de la vida. Pero que los argentinos dejamos de consumir leche a edades muy tempranas, lo que tiene un impacto directo en nuestra salud.

"A partir de los dos años la leche no figura ni siquiera entre los 20 alimentos más consumidos y, lo que es peor aún, es reemplazada por jugos o gaseosas. Sólo la mitad de los niños en nuestro país consume el calcio necesario mientras que el 94% de las mujeres argentinas en edad fértil no consume el calcio que necesita su cuerpo. Por eso es muy importante la educación. El calcio es fundamental para el esqueleto y para todo lo que tenga que ver con enfermedades óseas", afirma Rosario García Bisio, licenciada en nutrición de la División Alimentación del Hospital Pirovano.

Por qué es importante

"Lo más importante en la leche y sus derivados es la gran cantidad de calcio que tienen. Por ejemplo, para tener la misma cantidad de calcio que un vaso de leche hay que consumir un plato sopero de semillas. El calcio está en muchos alimentos pero la biodisponibilidad, o sea la capacidad que tenemos de sacar el calcio del alimento y sumarlo a nuestro organismo, es ideal con los lácteos", destaca Maria Belén Zanchetta, médica especialista en endocrinología y osteología, coordinadora médica de IDIM.

Pero frente a esta comparación García Bisio advierte que de todas maneras los reemplazos de alimentos deben hacerse dentro del mismo grupo. "El calcio que aporta el cereal no es el mismo calcio biodisponible que brinda la leche o los lácteos, porque los cereales tienen fibra que altera la absorción del calcio, y lo mismo ocurre con los vegetales de hojas verdes. Por eso una taza de leche debería reemplazarse por la misma cantidad de yoghurt o un trozo de queso fresco", detalla.

Por otro lado, la leche es un alimento de gran carga proteica. "Aporta proteínas de alto valor biológico, o sea las proteínas de alta calidad que el cuerpo no puede fabricar, completa en aminoácidos esenciales, aporta carbohidratos simples como la lactosa de rápida absorción, y grasas. Como es un alimento de origen animal esta grasa es en su mayoría grasa saturada por eso siempre es conveniente elegir la leche descremada, aunque no se tengan problemas de sobrepeso u obesidad, excepto en niños menores de dos años, que deben consumir la leche entera o maternal. Asimismo, la leche es baja en sodio", dice la nutricionista Nadia Nocelo.

Sobre las proteínas de la leche, Zanchetta agrega que la ingesta de proteínas se asocia a la formación de músculo. "Es decir que cada vez que consumimos proteínas hay un estímulo para la formación muscular. También tiene vitaminas A, C, D y algunas, incluso, vienen fortificadas con hierro", enumera.

Lejos del consumo ideal

Nutricionalmente los datos que revelan la última encuesta nacional de nutrición y salud (ENNyS) realizada por el Ministerio de Salud son alarmantes, más aún si se tiene en cuenta que fue realizada en niños de 6 a 23 meses, niños de 2 a 5 años, mujeres de 10 a 49 años y embarazadas, con representatividad provincial, regional y nacional.

A partir de los datos analizados se pudo apreciar que los niños argentinos tienen una adecuada alimentación temprana, ya que el 95% de ellos inician la lactancia materna. Este dato se confirma en todas las regiones del país, como así también en los diferentes niveles socioeconómicos.

Sin embargo, entre los 6 y 24 meses los niños y niñas con ingesta menor a la adecuada de calcio representaron 28% de la muestra nacional, alcanzando un 45,6% en niños entre 2 y 5 años. Peor aún: entre las mujeres de 19 a 49 años evaluadas, la proporción de mujeres con ingesta inferior a la adecuada fue de 94,3%. Hubo diferencias significativas según los estratos socioeconómicos, siendo menor la ingesta de calcio en los hogares con necesidades básicas insatisfechas. Aunque esta investigación se hizo entre 2004 y 2005, es la información más actualizada que tenemos a nivel nacional y es utilizada por la mayoría de los profesionales de la salud.

García Bisio detalla que para cubrir las necesidades de vitaminas y minerales que aporta la leche es recomendable consumir una mínima cantidad de porciones de alimentos, que varía según la edad. Los niños de entre uno y tres años deben incorporar dos porciones de lácteos (una porción equivalente a una taza de 200 centímetros cúbicos de leche). "A medida que el niño va creciendo las necesidades aumentan y hasta los 9 años se requieren entre dos y tres porciones. En la etapa de la adolescencia la necesidad es mayor, el adolescente necesita cuatro porciones, al igual que una mujer embarazada. Mientras que el adulto necesita tres porciones diarias, y los ancianos cuatro porciones diarias. Es importante incluir a la leche y a sus derivados en la alimentación diaria no solo por el calcio sino también por el aporte de la vitamina D. Hoy en día esta vitamina es un mineral crítico en el adulto mayor, sobre todo porque el déficit de la vitamina D ocasiona defectos de mineralización. Además estudios recientes relacionan la falta de vitamina D con merma de la función cognitiva y con riesgos de caída en el adulto mayor", aclara.

Por su parte, la nutricionista del Hospital Pirovano coincide y señala: "Cuando hago una anamnesis alimentaria, es decir, una entrevista con el paciente para ver lo que consume, suelo encontrar que los adultos consumen pocos lácteos. Como la leche es fuente de proteínas también el consumo proteico es bajo. Muchas mujeres, por ejemplo, trabajan y comen sólo una ensalada al mediodía, si a eso le suman que no consumen lácteos tienen una dieta deficitaria, no sólo en calcio si no también en proteínas porque una porción de leche tiene seis gramos de proteínas, que suman 18 si consumiera las tres porciones diarias recomendadas".

Zanchetta destaca: "La leche es necesaria toda la vida, porque el esqueleto es un tejido vivo que todo el tiempo se está regenerando, de hecho cambiamos el esqueleto completo cada diez años. Hay momentos críticos donde es más necesario su consumo, que son durante la adolescencia, la lactancia y la pos menopausia pero en realidad toda la vida necesitamos ingerir leche".

Fuente: La Nación