Ya no queda margen de error para los del Centenario. No son ni las dolorosas derrotas, ni la falta de gol, ni la escaza oferta futbolística. No es sólo la huida dirigencial en apenas cuatro meses. Es todo y son todos. Es que todos están bajo sospecha y acusados de apagar el “fuego con nafta”. Llegaron para calmar las aguas y en un puñado de días generaron un tsunami de situaciones riesgosas en todo aspecto para quedar expuestos a más no poder. Indigno por dónde se lo mire. Esta Comisión fue una precaria alianza o frente electoralista sin ninguna coincidencia programática. Para ser más claros, fue un amontonamiento de nombres sólo entendible en la desesperación de ganar una elección a cualquier precio. Estas son las consecuencias.
El ‘mundo Colón’ no perdonará más deslices ni indulta deslealtades de sus representantes. El clima de inestabilidad en el que vive sumido desde hace un tiempo a esta parte está dañando otra vez la autoestima. El hincha juzgará una vez más cada acto con el inclemente martillo del blanco o negro. Sin grises… porque los grises están reservados para pasiones menos candorosas que las que despierta siempre Colón. Desde hace un par de años que en el Barrio Centenario hay límites implícitos, no los superen más con tanta liviandad.
Colón no merecía estos cuatro meses nefastos dentro y fuera de la cancha. Ayer fue el cierre de una etapa tan triste como vergonzosa. Se despidió del torneo tan mal como transitó durante gran parte del semestre. El elenco santafesino cayó sin vergüenza 3-0 ante Gimnasia en La Plata y acumuló así la cuarta derrota consecutiva (3 en el torneo local y 1 en Copa Argentina) y sin goles a favor, es la foto final de un equipo que quedó preso de su propia impericia más que de la superioridad de sus rivales. Es decir, este equipo se venció a sí mismo.
Se acaba de consumar uno de los mayores papelones de la historia de la entidad. El margen de error se les achicó a la mínima expresión. Justo un 24 de mayo (hace dos años perdía en Rosario ante Rafaela) está claro que se puede estar orgulloso de los "tuyos" aún en el descenso, o podes estar preocupado y hasta angustiado quedando en Primera... aunque "permenecer" siempre tiene sus ventajas.
Hace dos años, aquella entidad que había quedado atravesada por la desidia de unos pocos, luchó hasta dejar la última gota de “sangre” en Rosario . Colón hizo todo y más por salir de la emergencia a la que lo arrastraron, aunque no alcanzó. Esta vez fue distinto. No hubo esfuerzo, ni solidaridad, ni humildad en los que mandaban o jugaban. Es tan ruin y tan injusto ver tanta displicencia de pantalones cortos en estos últimos cotejos, que ya no se pueden aceptar más excusas. Todas quedaron enterradas en actos pequeños, en partidos indignos como el de este lunes ante el Lobo. Fue patético ver un equipo sin los cuidados intensivos que exige, demanda, reclama y merece un club, que parece haberle quedado muy grande, a muchos dirigentes y a tantos futbolistas.
Viene la hora de barajar y dar de nuevo. Con la gran responsabilidad que le compete al que presentó una lista para liderar la institución en los próximos años, como al socio, que tendrá en sus manos el bendito DON DE ELEGIR. Porque en definitiva, los éxtios que inflan el pecho y los fracasos que calan los huesos, es incubencia de todos... que nadie se haga el distraído con el voto y con el poder. El futuro de Colón, está en sus manos... Y que quede claro: ¡¡¡Colón merece respeto!!!