En la noche de este domingo, un perro pitbull atacó a una menor en el Parque Federal. Al respecto, el educador canino Omar Pross dijo por LT10 que se debe “estar conciente en la complejidad y la riqueza que tiene la comunicación interespecífica (humano- perro) y de las necesidades de esa comunicación. Porque ahí es cuando empiezan los problemas, porque hay mucho desconocimiento en la materia”.
Además, sostuvo que “siempre se pone el acento en el último eslabón de la noticia, que es la agresión. Pero estos episodios no ocurren por casualidad y son previsibles en la gran mayoría de los casos”.
Además, sostuvo que “siempre se pone el acento en el último eslabón de la noticia, que es la agresión. Pero estos episodios no ocurren por casualidad y son previsibles en la gran mayoría de los casos”.
Para ejemplificar, señaló que “no todas las razas, por característica de selección, son iguales. No es lo mismo un perro de guardia, que un perro de pelea, que uno de compañía”. Entre el primer grupo se encuentran el doverman, el rottwyler, el mastín napolitano, el ovejero alemán.
En tanto, el pitbull es un perro de pelea, y esto implica una particularidad en cuanto a su comunicación. “La comunicación no verbal del perro (en general) es muy rica. El lenguaje gestual son todas señales ritualizadas para evitar el conflicto físico. Sin embargo, en la raza de pelea estos gestos que anticipan una agresión física están eliminados. Puede pasar sin aviso a la agresión física porque forma parte de su formación genética”.
No obstante, cada vez más gente tiene esta y otras razas, creyendo que les aportan mayor seguridad. “Lo peor que le puede pasar a una raza es ponerse de moda”, opinó.
Finalmente, remarcó que “faltan organismos reguladores que estén integrados por especialistas”, y que también debieran evaluarse los perfiles psicológicos de sus dueños y de las familias de estos últimos.