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A contramano de lo informado el día anterior, en que el Instituto Nacional de Estadística y Censo registró un menor crecimiento que el estimado por el consenso de las consultoras privadas para el sector manufacturero, en el caso de la generación de riqueza por parte del conjunto de los residentes, empresas y familiar, el organismo detectó una expansión notablemente más elevada.

Como es habitual, el informe del INDEC consta de una página con información muy escueta, a diferencia del que emite la consultora Orlando Ferreres y Asociados que para julio midió un repunte del PBI de 2,1%, esto es 0,6 décimas porcentuales menos, consta de tres páginas en el que detalla el desempeño de 11 ramas de actividad y una serie nominal y desestacionalizada para los pasados 32 meses.

No se trata de una brecha menor entre el ritmo de actividad que registra el organismo oficial y los privados, porque mientras el primero parte de un agosto de 2014 que acusaba una suba de 0,6% respecto del año anterior, el estudio OJF compara con una contracción en ese mes de 3,9 por ciento.

Además, mientras que para el INDEC el PBI se mueve desde marzo último en un rango de variación intermensual de más y menos 0,1%, en la serie corregida por estacionalidad, con excepción de mayo que se elevó 1%; el Indicador General de Actividad de la consultora que dirige el ex viceministro de Economía, muestra un subibaja próximo a uno por ciento.

Alta brecha en los datos del mes a mes

Y en el caso puntual de julio, frente a un cálculo oficial de suba de 0,1%, luego de haberse contraído en similar magnitud en junio, para OJF cayó 0,8%, después de haberse expandido 0,9%. Para agosto, agregó una retracción adicional de 0,4 por ciento.

Semejantes discrepancias determinan que en el acumulado de los primeros siete meses, para el INDEC el PBI creció más de 2%, para OJF apenas llegó a uno por ciento.

En este caso, la consultora estimó como pilares de la modesta reactivación el repunte de la generación de riqueza por parte del sector agropecuario, gracias a condiciones climáticas óptimas que posibilitaron una excepcional cosecha de soja; la construcción, propio de épocas electorales y el consumo de servicios públicos, impulsados por la singular política de subsidios, a un ritmo de entre 4 y 6 por ciento al año.

El resto de los sectores generadores de riqueza se movieron en torno a los niveles del año previo, con excepción de los establecimientos financieros que se contrajeron poco más de 5% y la rama de servicios de transporte, almacenamiento y comunicaciones, asociada a la disminución del comercio exterior y la menor actividad de la industria.