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 El fútbol argentino hace tiempo que está parado en el umbral de una refundación que exige determinación, capacidad y un espíritu ambicioso. Necesita un revulsivo de ideas y comportamientos y no la manipulación de la pelota para sacar más y más ventaja.
¿Qué cambió? ¿Qué se hizo para que se anuncie la vuelta de los visitantes? Alguien nos está tomando definitivamente el pelo. ¿Arsenal - Olimpo; Tristán Suárez-Sportivo Italiano, con público visitante? Y como el estadio de Sarmiento de Junín no está en condiciones... falta que ahora digan que “en las altas esferas de seguridad analizan que Atlas-Yupanqui sea una alternativa”. ¿Suena a burla, no?

No hay evidencia más potente de la seria intención de valerse del fútbol para hacer campaña, que decir antes de un acto eleccionario de la magnitud del que se avecina, que “vuelven los visitantes como prometimos”. Aunque se trate de las mismas condiciones, de la misma infraestructura. Aunque nada se haya realizado. Absolutamente nada. Claro que algunos caerán en el facilismo de manifestar que esta es una primera experiencia. ¿Con Italiano de visitante?. Esto es como querer amansar a un león salvaje arrancando por adiestrar un gato de angora.

Seguimos con un cotillón de desprolijidades que alimentan la idea de valerse del fútbol como endorfina (una vez más) en tiempos electoralistas. Los goles como herramienta de poder. Acá no existe planificación ni minuciosidad, sólo la firme intención de seducir a un sector, con la obsecuente anuencia de los “socios”. Esos impresentables dirigentes de AFA que destilan dudas y no dejan hoy ninguna certeza.

Proteger el escenario y el producto no aparece como prioridad. Nuestra pasión más popular entrega, frecuentemente, actitudes que corroboran su decrepitud. Descuidos y desatinos. Los de la AFA con sus mamarrachos, y varias lecturas descolocadas de los clubes, obedientes laderos de la inoperancia y la negligencia. Está claro que esta es “una jugada más” de los oportunistas e incorregibles “dueños de la pelota”. Ni buenos ni malos: definitivamente incorregibles.

Con urgencia se reclama el revestimiento de actitudes más serias y de decisiones que tiendan a solucionar aquello que supimos destruir. Sobran las pruebas en el laboratorio de la improvisación sin culpas ni arrepentimientos. Dejemos en paz al fútbol… y velemos por la paz en el fútbol. Dos cuestiones muy distintas si de verdad nos importa la seguridad de la gente.

Está claro, que hay diferentes formas de aprovecharse de los beneficios que brindan "los goles". Basta de soluciones cosméticas en tiempos de campañas, dónde sólo se busca sacar ventaja con un “parche oportunista” berreta.

Por eso Olimpo e Italiano con sus "tantos" hinchas de visitante. Por eso ninguna solución.... Por eso seguimos esperando el trato con más seriedad que amerita el conflicto de las canchas... ¿Vuelven los visitantes o fútbol de campaña? Un poco más de respeto y menos de demagogia barata.