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Miércoles 28 de Septiembre de 2011 - 00:05 hs

Washington se endurece contra la Argentina

El rechazo estadounidense dentro del directorio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a aprobar dos créditos para la Argentina significa una señal política clara y podría extenderse a otros organismos internacionales donde ese país tiene influencia.

Pese a que el argumento esgrimido por Washington para tomar esa determinación es que la Argentina incumple con fallos judiciales, lo cierto es que se trata de una demostración del malestar de la administración demócrata con Buenos Aires.

Fuentes diplomáticas estadounidenses confirmaron el giro en diálogo con Noticias Argentinas y precisaron que el detonante fue la decisión del Gobierno de Cristina Kirchner de retener en la Aduana, durante cuatro meses, material que llegó al país en un
avión militar en febrero pasado.

Si bien la relación bilateral nunca fue buena en los últimos ocho años, Estados Unidos había evitado realizar este tipo de gestos que no admiten segundas lecturas. Después de ese incidente diplomático, que motivó un pedido público del presidente Barack Obama a Cristina Kirchner, la cooperación bilateral en materia de Defensa se desactivó y Washington decidió no poner esfuerzos en mejorar el vínculo.

Si el gobierno argentino tiene voluntad de distender o no esa relación dependerá en buena parte del nombre que la mandataria designe para conducir las relaciones exteriores en su probable segundo mandato, teniendo en cuenta que Héctor Timerman fue el encargado de llevar adelante aquel decomiso del material militar.

En ese marco, las áreas de contacto entre ambas naciones quedaron reducidas a las de mutuo interés como es el energético, precisaron las fuentes consultadas por NA. Sucede que empresas estadounidenses están interesadas en la licitación de la construcción de la central nuclear Atucha III, así como en la exploración de pozos de gas en Neuquén, trabajos en los que la Argentina requiere de socios.

Precisamente el ministro de Planificación Federal -a cargo de esas tratativas-, Julio De Vido, aseguró que "la relación con Estados Unidos está en proceso de reconstrucción", después de haberse reunido con el director del BID, Luis Alberto Moreno.

Ese encuentro se produjo antes de que se supiera que el director estadounidense rechazó dos créditos del BID por 230 millones de dólares (para desarrollo agrícola) y 1,7 millones de dólares para la Argentina y de que lo mismo harán sus representantes ante el Banco Mundial.

Estados Unidos cuenta con el 30 por ciento de poder de voto en el BID, aunque América Latina y el Caribe reúnen el 50 por ciento y finalmente esos préstamos fueron aprobados por el directorio. En cuanto al Banco Mundial, Washington cuenta con una cuota de 16,36 por ciento (también es la más importante para un país) y anticipó que hará campaña para que otras naciones sigan sus pasos (las potencias suman otro 30 por ciento).

Esa determinación fue hecha pública por la subsecretaria para Mercados Internacionales y Desarrollo del Tesoro estadounidense, Marisa Lago, y fundamentada en el hecho de que la Argentina no cumple con el pago de fallos que emitió el tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi), así como por su resistencia a "negociar con sus acreedores internacionales".

Los préstamos que la Argentina gestiona ante esas entidades alcanzan los 1.600 millones de dólares y ahora se espera una resolución del BM respecto a un crédito de 85 millones de dólares. La Casa Blanca también comenzó a mover influencias negativas en el Club de París, foro con el que la Argentina busca llegar a un acuerdo por una deuda que lo mantiene fuera del mercado voluntario de crédito, y podría hacer lo propio dentro del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que analiza sancionar al país por su presunta inoperancia contra el lavado de dinero.

Esta restricción crediticia se da en momentos en que la Argentina debe afrontar vencimientos de deuda por 10.567,5 millones de dólares en 2012, un 24 por ciento más que en 2011 y la situación internacional, con la baja de la soja y una reducción del superávit comercial, hace que el Banco Central pierda dólares.

De sus reservas se prevén extraer otros 5.674 millones de dólares para afrontar esos compromisos. En medio de este escenario, el canciller Héctor Timerman se reunió el viernes pasado con el número dos del Departamento de Estado, William Burns, pero no hubo detalles del encuentro.

Fuente: na