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 La fuerte transformación que está atravesando Arroyo Leyes, que casi duplicó su población en cinco años por el boom de la construcción en la Costa, tiene un lado oscuro: el aumento de los robos.

Lo que era una jurisdicción muy tranquila, en la que sólo había hechos aislados en el invierno, cuando las quintas estaban desocupadas, ahora tiene que lidiar con “entraderas” constantes a viviendas, sobre todo a la mañana cuando la gente se va a trabajar a Santa Fe.

“Hay una ola de asaltos y tienen una misma modalidad. Los ladrones llegan en vehículos, entran a la casa y mientras suena la alarma se llevan lo que está más a mano, como notebooks y televisores. Hay casos todas las semanas”, cuenta Gabriel Esper, uno de los vecinos que habló con El Litoral. En algunos casos, la gente tiene identificados los autos que usan los ladrones, por ejemplo un duna blanco que utilizaron para “caranchear” varios domicilios.

El jueves a las 17.30, los vecinos, las instituciones y las autoridades de la Comuna se volverán a reunir con la policía para reclamar que se incrementen los patrullajes y que se esclarezcan los hechos, en el salón de usos múltiples del gobierno comunal. “En general después de estos encuentros se incrementa la presencia policial en la zona pero a los 15 días se retiran y vuelven los robos, que prácticamente son diarios”, contó Eduardo Lorinz, presidente comunal de Arroyo Leyes, en una entrevista con El Litoral.

Uno de los pedidos centrales de los vecinos y la comuna es que la jurisdicción cuente con una comisaría propia (ahora tiene la subcomisaría 20) para que aumente la cantidad de efectivos —suele haber 2 o 3 por turno— y móviles para cubrir un área del Gran Santa Fe que pasó de tener unos 3.000 pobladores a más de 5.000, según las estimaciones de la Comuna.

Una buena parte de este boom inmobiliario se debe al plan Procrear. De las 473 nuevas viviendas que se construyeron en los últimos tres años 377 se edificaron con el crédito del gobierno nacional (79%).

La necesidad de reforzar la presencia policial, un reclamo que es general en todo el corredor costero de la ruta 1, también se relaciona con lo extensa que es la jurisdicción, que abarca desde el kilómetro 10,5, cuando termina Rincón, hasta el kilómetro 24, en donde está el puente sobre el Arroyo Leyes. “El carácter de subcomisaría quedó corto para un área que viene creciendo a este ritmo demográfico. Necesitamos más recursos, más efectivos y más patrullajes”, planteó Lorinz.

Una medida que tomó la Comuna para controlar mejor el distrito es colocar cámaras de videovigilancia en puntos estratégicos de la ruta 1 y en el viejo camino a Santa Rosa de Calchines, que comunica Arroyo Leyes con Rincón, que se controlan en un Centro de Monitoreo.

Preocupados

Una demanda importante de los vecinos es que se atrape a los ladrones, ya que ellos denuncian los robos ante la policía pero después no hay detenidos ni se recuperan los electrodomésticos robados. Nadie recuerda que alguno de estos hechos se haya esclarecido y esto genera sensación de impunidad en los delincuentes.

En los reuniones, los policías les dicen a los vecinos que necesitan que las órdenes de allanamiento salgan con mayor rapidez de la Justicia para que los ladrones no vendan antes de detenerlos lo que roban.

La seguridad de las obras en construcción es otro problema: a los albañiles les sacan las herramientas, las hormigoneras y cuando pueden se llevan grifería, baños y aberturas de las obras. Lo mismo que pasa en Colastiné Norte y Rincón.