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Jueves 18 de Diciembre de 2014 - 17:36 hs

En las últimas décadas creció 6 años la expectativa de vida

Pasó de 65 años en 1990 a 71 años en 2013. Bajó la mortalidad por problemas cardiovasculares en países ricos y la mortalidad infantil en países pobres.

La gente en todo el mundo vive durante mucho más tiempo que hace dos décadas debido a que las tasas de mortalidad por enfermedades infecciosas y cardiovasculares han disminuido. La información es el resultado de un nuevo estudio científico que publica por primera vez datos sobre las causas de mortalidad específicas por país para 188 países y que se dio a conocer oficialmente hoy.

De los 65 años de expectativa de vida que había en 1990 se pasó a 71 años en 2013 a nivel global. Dos investigadores argentinos, Luciano Sposato, neurólogo de Ineco, y Cecilia Bahit, jefa del departamento de Cardiología de Ineco Rosario, participaron de la investigación.

Las causas de mortalidad varían mucho de un país a otro, pero a nivel global, los trastornos por el uso de drogas y las enfermedades renales crónicas representan algunos de los aumentos porcentuales más grandes en muertes prematuras desde 1990.

Las tasas de mortalidad de algunos tipos de cáncer, incluido el cáncer de páncreas y el de riñón, también han aumentado. Al mismo tiempo, los países han hecho grandes avances en la reducción de la mortalidad por enfermedades tales como sarampión y diarrea, con disminuciones del 83% y el 51%, respectivamente, desde 1990 hasta 2013.

A nivel mundial, tres afecciones: la cardiopatía isquémica, el accidente cerebrovascular y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), se cobraron la mayor cantidad de vidas en 2013, y son responsables de casi el 32% de todas las muertes.

El estudio “Mortalidad global, regional y nacional por causas específicas y por todas las causas específicas por edad y sexo para 240 causas de muerte durante el período 1990-2013: un análisis sistemático del Estudio de Carga Global de Morbilidad 2013”, publicado en la revista The Lancet del día de hoy, fue realizado por un consorcio internacional de más de 700 investigadores dirigido por el Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington.

En comparación con los estudios anteriores de Carga Global de Morbilidad, los investigadores de más de 100 países incorporaron más datos a nivel de cada territorio, así como también datos adicionales sobre afecciones específicas.

También analizaron si las principales causas de mortalidad en los países de ingresos más bajos están comenzando a reflejar aquellas de los países de ingresos más altos. Lo que descubrieron fue que, incluso con grandes mejoras en longevidad en los países de ingresos bajos, los tipos de problemas de salud que enfrentan los países como Bolivia, Nepal y Níger son muy diferentes de los de países como Japón, España y los Estados Unidos. Los problemas de salud de muchos países con un nivel de ingresos medio, como China o Brasil, son más similares a los de los EE. UU.

La edad promedio de muerte aumentó de 46.7 en 1990 a 59.3 en 2013 como resultado de la disminución de la fertilidad y de un cambio demográfico en la población mundial a edades más avanzadas. En parte a causa del crecimiento de la población mundial, la cantidad de muertes de ambos sexos para todas las edades combinadas aumentó de 47.5 millones a 54.9 millones.

La cantidad de personas que mueren debido a ciertas afecciones, como la enfermedad cardíaca, aumentó a medida que la población se fue incrementando, pero la reducción en las tasas de mortalidad específicas por edad para estas afecciones es un signo de progreso.

Las tasas de mortalidad de la mayoría de los tipos de cáncer, incluido el cáncer de mama, el cáncer de útero y el cáncer de colon, han disminuido, pero ocurre lo contrario con el cáncer de páncreas, el cáncer de riñón y el linfoma no Hodgkin.

“En la actualidad, la gente tiene menos probabilidades de morir a causa de determinadas afecciones, pero hay más personas de edad avanzada en todo el mundo”, señaló el Director del IHME, Christopher Murray. “Esta es una tendencia alentadora, dado que las personas viven más tiempo. Solo debemos asegurarnos de estar tomando las decisiones correctas en el presente en cuanto a las políticas de salud a fin de prepararnos para los problemas médicos y los costos asociados que están surgiendo”.

La expectativa de vida en todo el mundo para ambos sexos aumentó de 65.3 años en 1990 a 71.5 años en 2013, y la de las mujeres aumentó un poco más que la de los hombres. La expectativa de vida de las mujeres al nacer aumentó 6.6 años y la expectativa de vida de los hombres, 5.8 años. Si se mantienen las tendencias observadas en los últimos 23 años, para el año 2030 la expectativa de vida de las mujeres será de 85.3 años y la expectativa de vida de los hombres será de 78.1 años.

Disparidades. Persisten las disparidades entre los grupos etarios y los países. En todos los grupos etarios, excepto el de las personas mayores de 80 años, la mortalidad ha disminuido más para las mujeres que para los hombres. Los hombres de 30 a 39 años y los de más de 80 años mostraron los índices de reducción de mortalidad más pequeños. La brecha de género en las tasas de mortalidad para los adultos de entre 20 y 44 años se está ampliando, y el VIH/SIDA, la violencia interpersonal y la mortalidad materna son algunas de las principales condiciones responsables. Para los niños menores de 5 años, las enfermedades diarreicas, las infecciones en las vías respiratorias inferiores y la malaria siguen siendo las causas principales de muerte.

Dado el tamaño de la población de India en particular, y las proyecciones que indican que pronto podría convertirse en el país más densamente poblado del mundo, las tendencias respecto a la mortalidad en ese país tienen consecuencias mundiales. En 2013, India representó el 19%, o 10.2 millones, de las muertes de todo el mundo. El país ha hecho grandes avances en la reducción de la mortalidad infantil y de adultos desde 1990. Las tasas anuales promedio de disminución de la mortalidad han sido 3.7% por año para los niños y 1.3% por año para los adultos. Entre 1990 y 2013, la expectativa de vida al nacer aumentó de 57.3 años a 64.2 años para los hombres, y de 58.2 años a 68.5 años para las mujeres.

“Es muy alentador que los adultos y los niños en India vivan más tiempo y tengan vidas más sanas”, afirmó el médico Jeemon Panniyammakal de la Fundación de Salud Pública de India y coautor del estudio. “Sin embargo, la influencia creciente de India en la salud mundial implica que debemos hacer más para hacer frente a las enfermedades que matan a las personas en forma prematura.”

En África Subsahariana, por ejemplo, el aumento en la expectativa de vida se vio impulsado principalmente por la reducción en la cantidad de muertes a causa de diarrea, infecciones de las vías respiratorias inferiores y trastornos neonatales. La reducción en la enfermedad cardiovascular, algunos tipos de cáncer, accidentes de tránsito y afecciones respiratorias crónicas han llevado al aumento en la longevidad en las regiones de ingresos altos.

Por otra parte, la diabetes, otros trastornos endócrinos y la enfermedad renal crónica disminuyeron la expectativa de vida en muchas regiones, incluida América Latina central; los trastornos mentales tuvieron un impacto negativo en varias regiones, especialmente en América del Norte; las lesiones intencionales redujeron la expectativa de vida en el sur de Asia, los países de ingresos altos de la región de Asia Pacífico y el sur de África Subsahariana. En Europa del Este y Asia Central, la cirrosis afectó la expectativa de vida. El VIH/SIDA fue una importante causa de muerte en el sur de África Subsahariana y, en menor medida, en África Subsahariana occidental y oriental.

“Casi una década después de que el VIH/SIDA llegara a su pico máximo en todo el mundo, sigue siendo la principal causa de muerte prematura en más de una docena de países en África Subsahariana”, indicó Andre Kengne, del Consejo de Investigaciones Médicas de Sudáfrica, y coautor del estudio. “A medida que menos jóvenes mueren a causa de enfermedades infantiles, debemos hacer más para garantizar que el VIH/SIDA no se convierta en una amenaza para las personas de todas las edades.”

Al analizar otras causas de muerte, se notan avances en tasas de mortalidad más bajas, a pesar de la cantidad creciente de muertes. Algunos de los aumentos más grandes en la mortalidad prematura desde 1990 se observaron para la diabetes, el VIH/SIDA, la enfermedad cardíaca hipertensiva, la enfermedad renal crónica y la enfermedad de Alzheimer. Pero para muchos trastornos, incluidos el cáncer de estómago, linfoma de Hodgkin, enfermedad cardíaca reumática, úlcera péptica, apendicitis y esquizofrenia, las tasas de mortalidad han disminuido más de un tercio desde 1990.

Las tasas de mortalidad para algunos tipos de cáncer se han reducido (pulmón en un 9%, mama en un 18% y leucemia en un 20%). Las tasas de mortalidad globales estandarizadas por edad han caído más de un quinto para la cardiopatía isquémica y el accidente cerebrovascular.

En general, las tasas de mortalidad mundial aumentaron en forma significativa para muy pocas enfermedades entre 1990 y 2013.