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"Fuerza Cristina", se lee en la enorme bandera que cae desde el techo. La enseña militante esconde a casi todo organismo técnico. Dentro del Indec -detrás de sus vidrieras- sólo se destaca una enorme foto. "Un millón de lágrimas censadas", dice la leyenda del cartel que homenajea la coincidencia entre el último censo en 2010, y la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, principal ideólogo de la intervención que aún falsifica los datos públicos.

Sobre la vereda, los parlantes amplifican Matador de los Fabulosos Cadillacs. Los técnicos de ATE-Indec, los únicos que se opusieron a la manipulación oficial, reparten budines y sidra mientras sufren una lluvia de agua -o algún líquido- que cae desde los pisos superiores. Fue ayer, durante el último abrazo al Indec de 2014 -tras casi ocho años de intervención oficial-, que la comisión técnica de ATE en el organismo estadístico denunció que casi un cuarto de los argentinos vive en la pobreza.

De acuerdo con el documento N° 9 difundido ayer y elaborado por varios desplazados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, en el país hubo 9.752.000 personas pobres en el primer semestre de este año. Se trata de un 25,5% del total de los argentinos que viven en centros urbanos. En tanto, 2,1 millones eran indigentes -un 5,5%- durante el mismo período.

El Indec dejó de difundir las tasas de pobreza e indigencia en el segundo semestre de 2013. "Hay problemas de empalme", argumentó el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, a fines de abril para justificar la ausencia de datos oficiales. Sin embargo, sin información, se animó a afirmar en septiembre pasado: "La erradicación de la pobreza ha sido abrupta".

Los datos relevados por los técnicos desplazados están en sintonía con los últimos difundidos por la UCA en julio pasado. Según los resultados del Barómetro de la Deuda Social Argentina, la pobreza alcanzaba a fines de 2013 a un 25,6% de la población total (el cálculo de máxima se extendía al 27,5%).

"El Gobierno ya no sólo manipula la información sino que la oculta", criticó la matemática y ex directora del IPC Nacional en el Indec Marcela Almeida. De acuerdo con los cálculos de los técnicos desplazados, los resultados presentados ayer superan -en personas- seis veces la pobreza y cuatro veces la indigencia en relación con el dato que habría dado la intervención en el Indec, según una proyección elaborada también por los desplazados. "Ésta es siempre una estimación, ya que no se puede reemplazar el trabajo que haría un Indec transparente", afirmó Almeida.

Los técnicos indicaron que la canasta básica total -la que mide la línea de pobreza- para el segundo trimestre del año alcanzó los $ 5801 para un hogar tipo. En tanto, la canasta básica alimentaria -la que sirve para calcular la indigencia- llegó en el mismo período a 2544 pesos para una familia tipo.

"Entre el segundo semestre de 2013 y el primero de 2014 se observa una tendencia creciente tanto de pobreza como de indigencia", advirtió el documento de ATE.

Según los cálculos de los técnicos, desde 2011 la pobreza muestra un fuerte avance. Era de 18,2% durante el segundo semestre de ese año. Alcanzó un 20,7% en el mismo semestre de 2013 y llegó ahora a un 25,5 por ciento de los habitantes.

De acuerdo con el informe, la pobreza e indigencia en el Gran Buenos Aires "alcanza valores similares a los que oficialmente medía y publicaba el Indec a fines de los 90".

Según pudo averiguar LA NACION, los trabajadores de ATE-Indec se reunirán en estos días con algunos presidenciables para alcanzarles los principales puntos que -entienden ellos- debería reformar una nueva gestión en el organismo.

Ayer los únicos políticos presentes en la protesta de ATE eran Vilma Ripoll y Luis Zamora. La cúpula del Indec se blindó detrás de unas puertas azules. Estaban escondidos, como los datos de pobreza.