Al menos dos generaciones de futbolistas tuvieron que pasar antes de que la Argentina vuelva a una semifinal de una copa del mundo.
De Maradona, Caniggia y Batistuta a Messi, Di María e Higuaín, pasando por Riquelme, Aimar, Saviola y Crespo. De Bilardo a Sabella, con Basile, Passarella, Bielsa, Pekerman, otra vez Basile, Maradona y Batista en el medio.
Aquella tarde de junio del 90, la selección argentina venció por penales a Yugoslavia por los cuartos de final del Mundial de Italia, luego de un partido flojísimo. El 3 a 2 se dio en un contexto dramático, porque el equipo albiceleste sufrió cuando el arquero rival le contuvo el remate a Diego, y más aún cuando Pedro Troglio reventó su remate en el poste.
Pero Sergio Goycochea se vistió de héroe, paró dos remates, otro dio en el travesaño y a otra cosa: la Argentina era semifinalista otra vez.
Errores, rivales superiores, algunas malas planificaciones o la suerte esquiva desembocaron en este "maleficio" que se terminó hoy, 5 de julio de 2014, cuando con gol de Gonzalo Higuaín el equipo de Sabella superó 1 a 0 a Suiza y se metió entre los cuatro mejores otra vez, concretando el primer gran objetivo de este grupo.
El próximo miércoles, casualmente día de la Independiencia en la Argentina, el conjunto albiceleste buscará ante Holanda o Costa Rica un lugar en la gran definición del 13 de julio. Pero ya tiene asegurada su participación en los siete partidos del Mundial.
Y eso, ya es una huella imborrable.