Sean respetuosos del sueño de Colón. Es que me pregunto, quién puede atreverse a limitar los sueños propios o ajenos? Ya el tiempo cometerá una vez más la obviedad de seguir transcurriendo, y romperá este momento perfecto, inmaculado, y optará por acumular un montón de presentes vulgares por encima de este tiempo perfecto, simplemente porque dicen…“así es la vida”. Yo me resisto a ello y prefiero, al menos con este comentario, quedarme contemplando la felicidad de los “Sabaleros” en el “Cementerio de los Elefantes” o por las calles de la ciudad, luego del 1 a 0 ante All Boys. Están otra vez alegres, soñando con levantarse definitivamente, luego de haber quedado de rodillas por la necedad de algunos egoístas trasnochados que jugaron con la ilusión de los hinchas.
Hoy la “patria rojinegra” terminó otro día en paz, con una felicidad sencilla, humilde, propia de los tiempos que corren. Tan humilde como su gente, que se identifica con esta versión austera, utilitaria del Colón 2014. Con un técnico que hace un culto de la entrega, el rigor táctico y la concentración. Y cuando el rival logra superar ese combo, aparece Montoya.
Hasta aquí Osella armó un “Tetris” y las pocas “piezas” con las que cuenta, encajan perfectamente. Al DT, que sorprendió con actores de reparto en puestos principales, se lo ve eufórico, emocionado; dueño legítimo y absoluto del momento actual. Siempre un paso atrás de los futbolistas, concediéndoles el protagonismo a ellos, pero feliz, comprometido con la causa y agradecido. Osella superó la resistencia inicial y está convenciendo lentamente a todos. Aunque todavía falta para cerrar la historia con final feliz.
Colón crece a partir de su compromiso con un plan muy bien elaborado por su técnico. Todos sus jugadores defienden siempre y atacan en el momento justo y lugares indicados. ¿No le sobra nada? Error. A Colón le sobra vergüenza deportiva para disimular la ausencia de creatividad. A este equipo Sres. le sobra compromiso, ganas, actitud. Hoy exprime al máximo sus virtudes y esconde sus defectos, y en este fútbol moderno, por ahora alcanza. Porque esa falta de talento se compensa con funcionamiento. Sociedades a partir del conocimiento, dentro y fuera de la cancha.
Germán Montoya ya parece inoculado para siempre con el veneno dulce del amor perpetuo. Por su seriedad, por su predicamento dentro del grupo, y fundamentalmente, por sus atajadas que valen puntos importantes, que sirven para ganar partidos. El penal atajado en la "final" ante el elenco de Floresta, en tiempo de descuento, tiene hechizo de epopeya! Y la gente así se lo hizo saber.
El “Brigadier” volvió a “latir” como en sus mejores jornadas. Los hinchas se volvieron a identificar con el equipo y se posesionan de tal modo, que se sienten ellos mismos protagonistas del partido. Saltan con Alcoba para alejar el peligro, empujan junto a Videla para que la defensa se pare un poco más adelante, cabecean con Landa, presionan como Meli, transpiran junto Graciani, acompañan a Alario en su incursión ofensiva. Ellos dejaron de ser meros espectadores y también “juegan el partido” con los pibes hasta quedar exhaustos. Porque el compromiso de "salvar" al club es de todos.
Y el tiempo no para… el show debe continuar y el final sigue abierto. Los rojinegros ya se ajustaron los cinturones y comenzaron a volar este viaje turbulento, excitante y sin destino fijo. El paraíso o el abismo son los extremos tangibles que están en la misma hoja de ruta. Está claro que esta será una aventura que nunca nadie va a olvidar, cualquiera sea el destino final. Atrás quedó el inicio del viaje con un club que había colapsado en todo aspecto. Hoy la realidad marca que, “con sus argumentos”, el conjunto santafesino está puntero y relativamente alejado del descenso, a sólo ocho capítulos del final. ¿Esto acaso no era un sueño después del 0-3 ante Racing en Avellaneda y 15 fechas sin ganar?. Sean respetuosos Sres. y déjenlos soñar!
Hoy - Por Gustavo Mazzi
Jueves 03 de Abril de 2014 - 10:48 hs