El 7 de marzo de 2013 no fue un día como cualquier otro. En aquel momento, el entonces jefe de Policía de la provincia, Hugo Tognoli, quedó detenido cuando se presentó a prestar declaración indagatoria en una investigación que se llevaba adelante por facilitar la comisión de delitos como el tráfico de estupefacientes.
Tognoli había llegado esa mañana a primera hora a los Tribunales Federales de Rosario a fin de prestar declaración indagatoria en la causa que lo tenía implicado en una red de narcotraficantes. Luego de comparecer durante poco más de tres tres horas ante las autoridades judiciales, quedó apresado.
Al exjefe de Policía se le imputó en ese momento que, en su carácter de jefe de la sección Drogas de la policía de la provincia de Santa Fe, "integró una empresa criminal conjunta que contribuyó a la comisión de delitos tales como el tráfico de estupefacientes bajo la modalidad de tenencia con fines de comercialización", según señalaron los fiscales de la causa al momento de la detención.
Desde ese entonces, se lo vinculó con las actividades ilegales que se llevaron a cabo en la sección Drogas Peligrosas, que estaba a cargo de Tognoli, "para favorecer la actividad ilegal del narcotraficante (Carlos Andrés) Ascaini".
La detención generó un fuerte impacto político. En aquellos días, las relaciones entre el gobierno nacional kirchnerista y la provincia de Santa Fe no atravesaban el mejor momento. De hecho, fue en el mismo recinto de la Cámara de Diputados de la Nación donde se utilizó el término "narcosocialismo".
Aquel día de la detención de Tognoli, también llamó la atención que los medios oficialistas se hubieran enterado de la situación antes que el resto de los medios e, incluso, de las autoridades del Ministerio de Seguridad de Santa Fe. El entonces ministro del área, Raúl Lamberto, se encontró con periodistas porteños que le preguntaban por Tognoli cuando la noticia ni siquiera había trascendido. Las sospechas sobre el manejo de la informción siempre generaron sospechas.
