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Dispuesto a tomarse revancha por la frustración de su candidatura presidencial en las últimas elecciones, el senador radical Ernesto Sanz volverá mañana a mostrarse como una alternativa dentro del partido para el 2015, en un acto organizado en Parque Norte. Jura que no será el lanzamiento de una postulación pero se le parece bastante. Allí presentará su espacio interno “Argentina Futura”, una suerte de plataforma política con la que piensa reivindicarse del paso al costado dado hace dos años por la mala performance en las encuestas.

Promocionado como “un aporte para que el radicalismo retome el vigor que lo ponga en el centro de la escena”, el acto lo tendrá como único orador y protagonista excluyente. No estarán sus potenciales competidores internos Julio Cobos y Ricardo Alfonsín. “Solo los amigos y los dirigentes que me viene apoyando de todo el país”, dice. Aunque prefiere no dar nombres, se sabe que podrían acompañarlo el senador nacional Gerardo Morales, la presidenta de la Convención Nacional, Lilia Puig de Stubrin, y titular del Comité Nacional, Mario Barletta.
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¿Por qué no blanquea su ambición presidencial?
–Porque no quiero poner el carro delante del caballo. Está claro que quiero ser un fuerte protagonista en 2015 y poder reivindicarme de aquella experiencia malograda. Pero este es un año para pensar fundamentalmente en las elecciones legislativas de octubre. Hay que dedicarse a trabajar para que en podamos ponerle límites al Gobierno y equilibrar el poder.
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Usted no renueva su banca, ¿cuál es el objetivo del acto?
–Estoy convocando para comenzar a construir una opción alternativa y superadora. Un camino diferente al populismo y al deterioro institucional. El radicalismo debe encabezar esa marcha para ponerle un límite al Gobierno.
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¿De qué manera?
–El partido tiene que trabajar en esta elección para tener la fortaleza suficiente que le permita conservar su número en el Congreso. Nuestros candidatos a legisladores tienen una ventaja comparativa: forman parte de una organización política que toma decisiones colectivamente, con disciplina, con debate previo, con democracia interna. Eso es un valor para la sociedad. Y vamos a tratar de explotarlo y transmitirlo de esa manera.
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¿La UCR debe aliarse con el FAP o con el PRO?
– Se debe conformar un espacio con fuerzas afines y tratar de coadyudar para que podamos equilibrar el poder en octubre. Pero estas son elecciones de medio término, y se harán los acuerdos convenientes para cada distrito.
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Si la oposición va dividida: ¿el kirchnerismo podría hacer valer su piso histórico del 30% y ganar las elecciones a nivel nacional?
–No, el escenario va a ser más parecido al del 2009 que al del 2011. La ciudadanía tiene que votar a los legisladores realmente opositores, sobre los que no se tengan dudas, para que desde el Congreso se pueda frenar la reforma de la justicia, o una reforma a la Constitución. Hay que ponerle un límite al Gobierno para evitar que se lleven puesto todo y terminemos en una deformación de la democracia.