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 Del relevamiento del Indec a partir de los datos aportados por el Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones y de la Encuesta Permanente de Hogares se desprende que la remuneración promedio del conjunto de los trabajadores se elevó al cierre del primer trimestre a 6.632 pesos.

Con la actualización de los haberes de los empleados en la administración pública, la media en esa franja trepó a $7.570, en términos brutos, esto es, antes de los descuentos de ley para el Sistema de Seguridad Social y obra social. Aumentó 23,3% en los últimos doce meses.

Mientras que entre los privados, el promedio se estima que se incrementó a $7.111 para los ocupados en blanco y $3.646 para los empleados en la informalidad. En el primer caso repuntó 24% respecto de marzo de 2012 y en el segundo 29,4 por ciento.

Esos valores superaron con creces la inflación que mide el Indec de poco más de 10% en un año, pero apenas equipararon al alza promedio de los precios al consumidor que miden las consultoras privadas.

De ahí la retracción del consumo de las familias, por cuanto se observan disminución del empleo en la rama de la construcción, en el mercado inmobiliario, y en menor medida en el comercio y el conjunto de la rama manufacturera. Sólo persiste un incremento de la nómina en el sector público consolidado (Nación, provincias y municipios).