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En una apuesta destinada a obtener una referencia salarial contundente que le permita contener las demandas del resto de los gremios, el Gobierno jugará hoy a fondo para asegurar el cierre de la paritaria de la industria metalúrgica con un nivel de aumentos en torno al 24%. En esa aspiración el oficialismo confía en contar con el auxilio del jefe de la UOM y líder de la CGT más afín a la Casa Rosada, Antonio Caló, quien ya amenazó con poner en marcha desde mañana mismo un plan de lucha con protestas y paros si no logra destrabar la suba salarial para alrededor de 200 mil operarios metalúrgicos.

No sería el primer gesto de Caló favorable a los intereses del Ejecutivo: apenas arrancó la paritaria metalúrgica y después de haber anticipado a las cámaras empresarias del sector un pedido de aumento del 35%, el dirigente volvió sobre sus pasos, revisó a la baja ese planteo y finalmente reclamó una suba de 25% en dos tramos y la garantía de un piso salarial de $ 5.000 para la categoría más baja de la actividad.

Después de varios intercambios, durante las últimas negociaciones de la semana pasada las partes lograron acortar la brecha respecto al ofrecimiento inicial del sector empresario de una mejora del 18% y hoy retomarán la discusión sobre la base de un esquema de entre el 23% y 24% de aumento más el pago de una suma fija similar a la establecida en el acuerdo de 2012. “Faltan algunas cuestiones pero estamos cerca. Confiamos en que se defina mañana (por hoy)”, indicó ayer a este diario un referente de la conducción de la UOM.

La misma sensación compartieron desde el sector empresario, aunque advirtieron que todavía existen diferencias respecto de si el incremento salarial se instrumentará en un solo tramo (como pretende el gremio) o en forma escalonada.

El Ministerio de Trabajo buscará en la reunión prevista para hoy a las 11 destrabar esas diferencias y asegurar el cierre de un acuerdo que considera clave para encarrilar las negociaciones en otras actividades relevantes como comercio, construcción, bancarios, transporte ferroviario o la industria de la alimentación, que ya iniciaron sus respectivas conversaciones o lo harán en las próximas semanas.

Incluso, a la espera de la definición del aumento para los metalúrgicos, la cartera laboral postergó la homologación de la mayoría de los acuerdos salariales ya firmados y que abarcaron a aceiteros (suba del 22% al 25%), Luz y Fuerza (aumento del 31,6% por 18 meses), Utedyc (incremento del 28%) y docentes universitarios (suba de 28% por 15 meses), entre otros. Tampoco rubricó la suma puente, equivalente a un aumento del 24,5%, que el gremio bancario acordó con las cámaras que agrupan a las entidades financieras para el primer trimestre. Sin embargo, en todos esos casos las empresas optaron por pagar las subas bajo la modalidad de “a cuenta de futuros aumentos” para evitar conflictos laborales que paralicen sus actividades. En el caso de la negociación bancaria, el gremio que lidera Sergio Palazzo pondrá en marcha esta semana medidas de fuerza para presionar por la definición del aumento anual del sector.

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