Trasgresora, innovadora, con una suntuosa fachada que, desde 1914, prevalece desafiando al tiempo. La Casa Cincolani, ubicada en calle Belgrano, entre Ituzaingó y Gobernador Candioti, fue sinónimo de modernidad y originalidad por su particular diseño y construcción.
Detrás de esta reliquia arquitectónica se encuentra una reconocida familia de origen italiana y un artista visionario, que marcó la cultura santafesina.
Adriana Crola, profesora de Letras de la FHUC de la UNL y docente de italiano, contó a LT10 que “la familia tiene su origen en Montecassiano, en Provincia di Macerata, Italia, en una modesta casa de colonos, en las que nacen once hermanos hijos de campesinos. Uno de ellos es Enrico, que se viene a vivir a Santa Fe, y hace construir la casa por Bautista Baroni”.
Crola detalló además que “fue una familia muy notoria en Santa Fe, más que por la casa en sí, por quién vino a habitarla, en 1909. Se trata de Juan Giovanni Cingolani, nacido un 22 de enero de 1859”.
Juan Cingolani, fue un pintor y restaurador, abocado principalmente a temas cristianos. Se lo consideró uno de los mejores retratistas de su tiempo, y una de sus obras más difundidas fue la realización del retrato del Papa León XIII.
Además, desempeñó una importante labor en el Vaticano y, luego de emigrar hacia Santa Fe, trabajó en numerosas iglesias de la ciudad.
Entre sus cuadros más famosos se halla uno de grandes dimensiones que se exhibe en Macerata: el "Torquato Tasso".
La casa Cingolani “es un caso ejemplar de la arquitectura santafesina. Hay elementos tecnológicos avanzados de su época y un lenguaje singular que la caracteriza, y que tuvo poca difusión en relación a otros en la ciudad. Hablamos de un lenguaje de inspiración Art Nouveau, que se observa en su fachada”, detalló a LT10 Valentina Acosta, arquitecta y docente de la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo de la UNL.
Otras particularidades son sus balcones con elementos ornamentales y su herrería artística que hace juego con la mampostería. Es de destacar que es la primera vivienda de la ciudad construida de hormigón armado con cemento italiano, rejas de hierro traído de Francia y vidrios ingleses.
Con el tiempo, la casa se vio sometida a distintas de reformas. Quizás la más llamativa sea la incorporación de un ascensor en 1940. La idea, impulsada y llevada a cabo por Ángel Stamati, fue sumamente innovadora para la época, una verdadera rareza en lo que refiere a la construcción de viviendas en Santa Fe y el diseño en esos años.
A lo largo de varias décadas, la inmensa casona albergó a la familia Cingolani, que hacía uso principalmente de los pisos superiores. La planta baja funcionó durante muchos años como vinoteca y almacén de ramos generales.
El inmueble quedó deshabitado en 1993, tras el fallecimiento de su última habitante. Si bien hubo varios intentos de refaccionarla, sus habitaciones y galerías permanecen vacías y en silencio perpetuo.
Para conocer más sobre la casa Cingolani y la vida del artista, escuchá el Podcast de Rastro Urbano: