El Real Madrid volvió a sufrir un nuevo golpe por parte del Barcelona. Tras el 0-4 en el Bernabéu y el 2-5 en la Supercopa de España, los culés vencieron al Merengue por 3-2 en la final de la Copa del Rey y sumaron un nuevo trofeo a sus vitrinas. Además, el cuadro de la capital española quedó eliminado, hace dos semanas, en los cuartos de final de la Champions League a manos del Arsenal y ahora, a lo único que aspira es a pelear y arrebatarle el título de La Liga al equipo comandado por Hansi Flick.
Ese podría ser el último trofeo que buscará conseguir Carlo Ancelotti en la Casablanca, ya que desde la dirigencia del máximo ganador de Champions, tienen decidido que el italiano no continúe en el cargo luego de esta temporada. A partir de esta noticia, el Merengue sabe que tendrá que disputar el Mundial de Clubes entre junio y julio en Estados Unidos, pero lo hará sin su DT, que tiene todo arreglado para convertirse en el entrenador de la Selección de Brasil, y es por ello que en las últimas horas se dio a conocer el nombre de la persona que estará en el banco de los suplentes durante la cita internacional.
Santiago Solari, actual director deportivo del Real Madrid y exfutbolista de la Selección argentina, tomará las riendas del elenco español. Esta no será la primera vez que el Indiecito dirija al Merengue, ya que entre octubre de 2018 y marzo del 2019 asumió como interino luego de la salida de Julen Lopetegui, pero tras un buen comienzo, firmó contrato para quedarse como entrenador principal hasta 2021. Sin embargo, luego de quedar eliminado en semifinales de Copa del Rey ante el Barcelona y despedirse en octavos de final de la Champions a manos del Ajax, Solari fue destituido y en su lugar llegó Zinedine Zidane.
No obstante, en esta oportunidad, la intención no sería que Solari vuelva a ocupar el cargo de director técnico. Según informó Sport, el verdadero sucesor de Ancelotti sería Xabi Alonso, actual entrenador del Bayer Leverkusen y el preferido por la dirigencia del Real Madrid, pese a que circularon otros nombres como el de Jürgen Klopp, cuyo vínculo con el club habría sido una maniobra para desviar la atención.