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¿Cuándo la costumbre de consultar un mail o chequear la actividad en Twitter deja de ser una actividad más para convertirse en una adicción? La delgada línea que las separa inspiró un estudio de la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos.

El informe reveló que los mensajes de 140 caracteres pueden crear una mayor dependencia que el alcohol, el tabaco o incluso el sexo. Todo puede esperar cuando se trata de seguir twitts o consultar correos electrónicos.

Para realizar esta evaluación el equipo analizó la respuesta de 205 personas de la ciudad alemana de Würtzburg con edades comprendidas entre los 18 y los 85 años. Durante el trabajo, los investigadores notaron que mientras avanzaba la jornada también crecía la ansiedad por revisar las cuentas.La tentación de revisar sus tweets o los mensajes, sin embargo, no era percibida por el grupo observado como una adicción porque “no genera gasto ni es una acción peligrosa”.

“La vida moderna es un cúmulo de deseos marcados por frecuentes conflicto y resistencia, a menudo con un éxito desigual”, señaló Wilhem Hofmann, profesor asistente de la escuela de negocios Chicago Booth y autor principal del estudio “Deseos y Necesidades: Comida, dinero, estatus y sexo”, en declaraciones que reproduce Techweek.

El estudio registró un total de 7.827 informes sobre los deseos diarios y si bien, las ganas de dormir o tener sexo fueron los más fuertes, la necesidad de conectarse con las redes sociales presentaron las mayores dificultades. El parte explica también que a medida que avanza el día, la posibilidad de oponerse a un deseo va decreciendo.

Ya existen investigaciones previas que señalan patologías como la nomofobia, que es el miedo de no llevar el celular encima. Esta vez el estudio demostró que hay personas más propensas a ceder ante las demandas digitales que frente las fisiológicas, como el sexo.