Los hermanos Martín y Cristian Lanatta sumaron hoy una nueva condena: en este caso, recibieron 13 años de prisión, y el tercer prófugo, Víctor Schillaci, siete años. La sentencia, dictada este lunes, fue por tentativa de homicidio, a raíz del tiroteo en el que hirieron a dos policías en la localidad bonaerense de Ranchos, tras huir de la cárcel de General Alvear.
Tras conocer el fallo, Martín Lanatta, aunque esposado, habló con la prensa y negó todo: desde el triple crimen que los hizo tristemente célebres hasta este último hecho que se les atribuye.
"Nosotros no pasamos por Ranchos y tampoco utilizamos el vehículo que figura en el expediente. Se ha acordado un juicio abreviado que no implica culpabilidad, simplemente por una cuestión técnica, para continuar con la progresividad de las otras penas", comenzó.
Con respecto al homicidio múltiple por el que se los condenó en 2012, reiteró: "en otros debates he dicho quiénes fueron los partícipes y los encargados de armar la celada".
—¿Se arrepiente de algo?— le preguntó un periodista. Su respuesta indicaría que no:
—Hemos pagado las penas como corresponde. Hemos afrontado todos los juicios diciendo la verdad, exponiendo las cosas como debían, aportando testigos.
Al ser consultado sobre qué le diría a Lucrecia Yudatti, que resultó gravemente herida durante la balacera en Ranchos (ya debió afrontar más de 60 intervenciones quirúrgicas y aún está en rehabilitación), Martín Lanatta fue tajante: "No la conozco. Le deseo una sana recuperación. Lamento muchísimo que haya tenido una tragedia, de la cual no somos partícipes".
Finalmente, afirmó que "quedó demostrado en el juicio la participación del Estado y del servicio penitenciario bonaerense en la triple fuga" y anticipó que van a pedir la revisión de la causa.
La palabra de la víctima
"Me da mucha bronca verlos y que hablen de humanidad porque no la tuvieron con nosotros. Pero agachan la cabeza y yo la tengo bien alta", expresó Lucrecia, quien además se manifestó conforme con la condena.