El próximo 16 de febrero comenzará a regir la ordenanza de alcohol cero en la ciudad de Santa Fe.
La normativa contempla multas diferenciadas para los infractores, según el nivel de consumo que registre el alcoholímetro durante el correspondiente control.
Las sanciones a aplicar responden a una escala confeccionada en función de la peligrosidad del conductor: hasta 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre se considera un nivel de peligrosidad; de 0,5 g/l a 1,0 g/l se establece un segundo nivel, con su consiguiente sanción más severa, y pasando el gramo de alcohol en sangre se decreta la absoluta peligrosidad.
Además, la ordenanza prevé la figura del "falso positivo", para aquellos casos en los que la prueba dé un resultado de hasta 0,2 g/l. Esta figura no prevé una sanción administrativa ni obstruirá el trámite de renovación del carnet, pero el conductor que alcance ese nivel durante el test no podrá seguir manejando en el momento. Así, si está en compañía de una persona en condiciones físicas y legales, esta última podrá tomar la conducción del vehículo. De lo contrario, deberá afrontar los gastos de acarreo y depósito del auto en el corralón.
Sanciones graves
- Cuando la medición sea de entre 0,3 a 0,7 g/l, el conductor tendrá una multa que varía el monto según el valor, se le retendrá el vehículo y se lo inhabilitará por hasta 180 días.
- Cuando la marca sea de entre 0,8 a 1,3 g/l, la multa es más elevada y la prohibición para manejar será de hasta 210 días.
- En el caso de superar el 1,3 g/l, el monto a abonar se multiplicará y la retención del carnet será por ocho meses.
Además, se hará un registro en todos los casos, que se consultará en cada control, para ver si el conductor es reincidente. Si esto es así, las sanciones serán más severas.