Según algunos cálculos, cinco grandes empresas productoras de bienes de consumo masivo concentran el 80% de las ventas de los supermercados. Al mismo tiempo, en los supermercados (mayoristas y minoristas) se vende el 50% de los productos de consumo masivo.
La llamada Ley de góndolas busca cambios radicales en la ecuación, con más competencia en los supermercados y desarmando posiciones dominantes en algunos rubros.
Esto alentaría la presencia de productos fabricados por pequeñas y medianas empresas y, al mismo tiempo, cuidaría el bolsillo de los argentinos.
La semana pasada, la ley de góndolas obtuvo media sanción de la Cámara de Diputados de la Nación, ya en el final del período ordinario. Ahora deberá ser refrendado por el Senado y posteriormente ser reglamentada por el Poder Ejecutivo, quedando esa tarea en manos de la Secretaría de Comercio.
“Este es el primer paso que se debe dar: tener una legislación que termine con estos abusos que se cometen con el hipermercadismo, con una posición dominante”, dijo a LT10 Pablo Vernengo, director Ejecutivo de Economías Regionales de CAME.
Instrumento necesario
Según el dirigente, se trata de un “instrumento necesario” que busca lograr un “comercio justo”. Para ello, los hipermercados deberían comprarle a productores o industrias regionales locales.
“En cualquier lugar del mundo se estimula y se busca cuidar a quien genera el producto o materia prima. En argentina estamos muy descuidados”, se quejó Vernengo.