Durante el debate de los candidatos presidenciales, no sólo se escucharon las propuestas previamente estudiadas y guiadas por asesores, sino además quedó en evidencia el otro discurso: el de los gestos, aquel que el cuerpo transmite y que no puede ser tan planificado como los políticos quisieran.
Sergio Ruliki, doctor en comunicación social y autor de libros sobre comunicación no verbal, analizó las emociones expresadas por cada uno de los candidatos a través de Todo Pasa.
Mauricio Macri
Sobre expresión no verbal del presidente durante el debate, Ruliki analizó la gestualidad de sus cejas: "Elevar las cejas y mantenerlas elevadas produciendo arrugas en la frente y redondeando los ojos replica un rostro más infantil, tiene que ver con la perplejidad y vulnerabilidad; con un pedido de ayuda que hace el niño a los adultos".
Este comportamiento como recurso, indica el especialista, aparece en los dirigentes con rasgos dominantes "cuando no pueden dar una respuesta asertiva": "Ahí recurren a la estrategia de presentarse vulnerables".
"Hasta la mitad del debate (Macri) había podido controlar ese gesto habitual, pero hacia adelante ya no lo pudo controlar y cuando comenzó el tema Salud y Educación volvió a repoducir este tipo de gestualidad de vulnerabilidad teñido además del sentido de indignación".
En los minutos dedicados al cierre de cada candidato, Ruliki indicó que "con las palabras el presidente dijo que estaba convencido de que podía ganar la elección, pero con el gesto lo puso en duda".
Alberto Fernández
En el caso del candidato por el Frente de Todos, Ruliki hizo especial hincapié en la forma de las cejas. Para el analista, esta parte del rostro transmite gran parte de los mensajes inconscientes sobre nuestro estado emocional.
Las cejas naturalmente onduladas de Alberto Fernández, refieren a angustia, sensibilidad o un pedido de ayuda. Esto hace que los otros mensajes, como el dedo índice acusatorio, resultaran en algo más atemperado: por un lado hizo gestos de dominancia agresiva, pero por otro lado, resulta atemperado con la expresividad facial caracterizada por mensajes de sensibilidad transmitidos por sus cejas.
Roberto Lavagna
En el caso del representante de Consenso Federal, las cejas -en este caso de forma oblicua- transmitieron gestos de preocupación y tristeza, formando profundas arrugas en el centro de la frente. "Sobre todo en momento en que describía las condiciones económicas, su rostro denotaba tristeza, desazón, de lo difícil que están las cosas".
A esta característica, Ruliki le sumó la de la "sonrisa Gardeliana", que implica que tiene un concepto de sí mismo muy elevado, con alto nivel de narcisismo, autoconfianza y sensaciones de superioridad. "Pero su mirada blanda transmite sensaciones de melancolía, lo mismo que pasaba con Gardel", explicó. De allí el nombre de esta gestualidad.
José Luis Espert
Sobre el candidato del Frente Unite, destacó la estrategia Bolsonaro/Trump de mostrarse como un "hombre común". "Para eso usó un lenguaje por debajo de su formación académica", detalló Ruliki sobre el uso de palabras como "currar" cuando el candidato habló sobre "el curro de los derechos humanos".
En cuanto a su comportamiento basal, la forma habitual de Espert incluye muchas expresiones de "asco y disgusto", con un lenguaje corporal de superioridad agresiva. "Un estilo en decadencia, aunque tenga representaciones actuales en Brasil o Estados Unidos", sostuvo el comunicador.
Juan José Gómez Centurión
Según Ruliki, el rostro del candidato del Frente Nos no transmite demasiado, y asoció esta característica simbólicamente a su formación militar.
Respecto a su expresión facial, indicó que es la "representación del gesto adusto, casi inexpresivo, habla con la boca prácticamente cerrada", y destacó además el mal manejo de los tiempos dispensados por los moderadores para hacer sus propuestas.
Nicolás Del Caño
Finalmente, sobre el candidato más joven del debate, representante del Frente de Izquierda, expresó que los gestos ilustradores del discurso, en forma de 'batuta' con ambas manos y acompañando la cadencia de su discurso "son un recurso sumamente importante para la oratoria".
Esta gestualidad, explicó Ruliki, "activa la conexión entre el centro cerebral del lenguaje y el centro motor del aparato fonador: hace el discurso más fluido y de encontrar las palabras más adecuadas sin quedarse pensando".
