Este jueves se llevó a cabo la audiencia de juicio abreviado de la causa que investigó el asesinato de la maestra Jesica Ronsoni, la joven maestra de 24 años oriunda de Emilia, que daba clases en la escuela Beleno de nuestra ciudad.
Una bala terminó con su vida el 9 de octubre de 2017, dentro de una camioneta a la vera de la Circunvalación Oeste. Aquel día Jésica viajaba junto a Fernando Oyola, su pareja en ese momento y único detenido y sospechoso de su muerte.
En un principio, el novio se presentó ante la policía y dijo que habían sido perseguidos por un auto negro. Según su relato, intentaron asaltarlos, les dispararon y así mataron a la maestra. Sin embargo, la historia nunca cerró para los investigadores y la policía. Las cámaras de seguridad ubicadas en la zona jamás registraron al presunto auto negro, ni la supuesta persecusión.
Luego ordenaron su detención y se le atribuyó el delito de homicidio doblemente calificado (por el empleo de arma de fuego y por el vinculo).
Hoy, a pocos días de que se cumplan dos años de lucha por parte de la familia de Jésica, el tribunal conformado por los jueces Pablo Busaniche, José Luis García Troiano y Gustavo Urdiales, homologó el acuerdo cerrado entre el fiscal de la Unidad Especial de Homicidios, Andrés Marchi, el abogado querellante, Juan Sebastian Oroño y la defensora oficial, Betina Dongo.
El acuerdo entre las partes fue por la pena máxima de prisión perpetua luego de que Fernando Oyola reconociera haber ideado y ejecutado un plan para asesinar a Jésica. Es luego de que la semana pasada, el único imputado, ex pareja de la maestra, no se presentara a la instancia porque tenía una visita íntima.
Luego de la definición, los familiares de Jésica Ronsoni se expresaron conformes con la resolución aunque reiteraron el pedido a la Justicia de que Oyola "no salga nunca más de la cárcel".
"Esto es un pequeño alivio, la parte penal se terminó pero el dolor no se termina nunca. Uno tiene que aprender a convivivr con el dolor, pero no se va del corazón", dijeron.
Por su parte, el abogado querellante, Sebastián Oroño explicó que si bien la prisión es perpetua, a partir de los 35 años están las posibilidades de que el condenado pida los beneficios, pero remarcó que "la familia va atener participación en cualquiera de los pedidos que vaya a hacer el imputado durante su estadía en el penal".
Sobre la calificación del hecho, Oroño indicó que no no se tomó como un femicidio porque fue una de las cuestiones que "se acordaron "en el procedimiento abreviado. "Si íbamos a juicio oral se iba a pedir esta figura, pero en este caso, al entender que la pena era la misma, no variaba la calificación penal. Varía para la estadística, pero no para la pena".