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Durante casi tres horas la presidenta Cristina Kirchner estuvo reunida con el primer ministro italiano Silvio Berlusconi, con quien compartió un almuerzo en el Palacio Chigi.
El encuentro, pensado por ambos gobiernos como plataforma para relanzar la dañada relación bilateral, se produjo en medio de los escándalos judiciales que involucran al premier italiano y pocos días después de la derrota electoral del domingo.

Ni Cristina Kirchner ni Berlusconi hablaron con la prensa tras la reunión. El premier italiano prohibió todo tipo de acercamiento con los periodistas, tanto locales, como extranjeros, que llegaron a Roma para cubrir la visita oficial.

Como última actividad oficial de hoy, la Presidenta cerrará con un cóctel la ronda de negocios organizada por la Cancillería, que comenzó ayer en el hotel Excelsior.
Antes de ser recibida por Berlusconi, Cristina Kirchner estuvo con el presidente Giorgio Napolitano en el salón Bronzino de la sede del gobierno italiano. No trascendieron detalles de la reunión.

Pendientes. En la agenda bilateral hay varios frentes de conflicto todavía abiertos, como el pago a los 20.000 bonistas que no entraron en el canje de deuda, la falta de acuerdo con el Club de París y la relación tirante de la Casa Rosada con las empresas italianas por las tarifas de servicios públicos, la jefa del Estado intenta dar un gesto de sintonía política ante las máximas autoridades para atraer las inversiones tan buscadas que aún no llegan al país.
Mañana, Cristina Kirchner participará mañana de los actos de celebración del 150º aniversario de la unificación del país coincidiendo con el día de la República, al que hay invitados unos 70 jefes de Estado, entre ellos el rey de España.