El 3 de julio pasado, Diego Román, de 12 años, fue encontrado muerto en un descampado de Recreo. Tenía signos de mutilación y heridas cortantes. Hoy, a poco más de dos meses de su hallazgo, la causa judicial no tiene una hipótesis terminante, y la conmoción no cesa en su ciudad natal.
Pero los recreínos no se rinden, y como tantas otras veces, este sábado por la tarde hicieron una nueva marcha para reclamar justicia por "Dieguito". Sus vidas han cambiado: viven con miedo y ya no se sienten seguros al emprender esas actividades que previamente realizaban con normalidad. Inclusive, algunos amigos del menor debieron comenzar un tratamiento psicológico para sobrellevar la pérdida y continuar con su día a día sin temor.
La movilización se inició en la intersección de avenida Mitre y Aldao de esa ciudad. Fue convocada por los clubes Nobleza y La Perla del Oeste, y fue ampliada a Huracán, Central Oeste y otras instituciones. Los concurrentes asistieron con velas y en ensordecedor silencio.
Justicia lenta
Mientras tanto, la causa judicial arroja más dudas que certezas sobre el fallecimiento de Diego. Mientras el ministro de Seguridad de la Provincia salió a hablar públicamente de un imputado y a asegurar que la principal hipótesis es la de un ataque de perros, desde Fiscalía salieron a relativizar sus declaraciones.
Mientras tanto, el abogado querellante denuncia una y otra vez fallas en la investigación, y su representada, la madre del menor, manifestó sus dudas sobre la versión de la jauría salvaje.
Clubes, instituciones y vecinos de #Recreo realizaron una marcha en silencio y encendieron velas para pedir justicia por el asesinato de #DiegoRomán. https://t.co/RmA176SEws pic.twitter.com/JIGKdZoGKy
— LT10 (@radiolt10) September 7, 2019
"Él no tenía mordeduras de perro: lo mataron. Estaba cortado como si fuera en una película de terror. Se ensañaron tanto con él... Hasta el día de hoy me acuesto a dormir, cierro los ojos y veo a mi hijo. Tuve que reconocer el cuerpo como cinco veces", expresó esta semana María Luján ante los micrófonos de Litus y LT10.
"Diego todavía no puede descansar en paz", cerró, desgarrada.