Semana Santa ya está a la vuelta de la esquina, y nuestro país ofrece todas las posibilidades para una “escapada” familiar o con amigos.
Los argentinos lo sabemos y nos enorgullecemos de ello: tenemos todos los climas y geografías. Dependiendo de dónde vivamos, algunos destinos implicarán un desembolso económico mayor, pero otros resultarán más accesibles. Y cualquiera de ellos amerita el esfuerzo de ser visitado en estas Pascuas.
Elegí tu destino
Córdoba
Villa Carlos Paz es el gran centro turístico de Córdoba, a orillas del lago San Roque, y atrae a un buen número de visitantes para Semana Santa en el Valle de Punilla, así como las vecinas La Falda, La Cumbre y Capilla del Monte.
Mientras Villa General Belgrano y La Cumbrecita son los destinos más convocantes del Valle de Calamuchita, Mina Clavero y Nono son la puerta de entrada al Valle de Traslasierra.
En estas fechas, a los conciertos de coros en las iglesias de Córdoba capital hay que sumarle los Vía Crucis en las sierras (La Cumbre, Icho Cruz, Cosquín, La Falda y Villa Dolores, entre otros lugares).
Colón (Entre Ríos)
Esta antigua ciudad conjuga 7 kilómetros de playas de arena sobre el río Uruguay con un gran complejo termal y entretenimientos. Está muy cerca de otros centros termales como los de San José (a 5 km), Villa Elisa (10 km) y Concepción del Uruguay (30 km).
Perfecta para disfrutar del relax y la naturaleza, especialmente en el cercano Parque Nacional El Palmar, un espacio protegido de 8.500 hectáreas que preserva bosques de palmar de yatay y una variada fauna.
Mendoza
Esta época del año es perfecta para visitar los grandes atractivos de la provincia: montaña, bodegas, ciudades y paisajes: Potrerillos, Uspallata, laguna Horcones, en el ingreso al Parque Provincial Aconcagua, y Las Cuevas, en el ingreso al túnel internacional Cristo Redentor; y por supuesto, la hermosa capital.
Además, se pueden hacer excursiones a bodegas, que son un imperativo en “la tierra del sol y el buen vino”.
Mar del Plata
Es un clásico para esta época del año. Si el tiempo acompaña se puede disfrutar de la playa, y si hace frío, la ciudad balnearia ofrece múltiples paseos, actividades y espectáculos. Además, tiene una variada oferta de restaurantes, destacándose aquellos con cocina especializada en pescados y mariscos.
Se pueden recorrer el casco histórico, los itinerarios religiosos Norte y Sur, los shoppings, la Rambla, los barrios residenciales, las calles comerciales, Punta Mogotes y su Faro, las playas del Sur, el Puerto, los museos y Sierra de los Padres con su laguna.
Merlo (San Luis)
Famoso por su particular microclima que se disfruta a pleno durante todo el año, Merlo posee una temperatura media anual de 20 grados.
Al pie de las Sierras de los Comechingones, la Villa de Merlo invita al descanso con apacibles itinerarios como el Circuito Chico (incluye el Algarrobo Abuelo, Rincón del Este, Pasos Malos, Piedra Blanca y el centro), los miradores (por ejemplo, del Sol y del Peñon), los balnearios y todas las opciones de turismo aventura (mountain bike, tirolesa, rappel, escalada, 4x4 y cabalgatas).
Salta y Jujuy
Las celebraciones de Semana Santa tienen un protagonismo absoluto en Salta, con los diversos Vía Crucis y representaciones de La Pasión que se realizan en toda la provincia.
En la capital, uno de los paseos imperdibles es el teleférico que parte del parque San Martín y asciende hasta la cima del cerro San Bernardo, ofreciendo espectaculares panorámicas de la ciudad y el Valle de Lerma.
Una vez en la cima se puede visitar la Cruz del cerro y el Cristo. Hasta allí también se puede llegar en auto o a pie, recorriendo el Vía Crucis. En el casco histórico, se puede visitar el Cabildo, las iglesias, las peñas folclóricas de la calle Balcarce, el Mercado de Artesanías y el Museo de Antropología de Alta Montaña (MAAM)
Entre la gran variedad de atractivos regionales se destacan Cafayate, los Valles Calchaquíes, las reservas y los parques nacionales. No hay que dejar de subir hasta Jujuy para detenerse en cada uno de los pueblos de la Quebrada de Humahuaca.
Iguazú (Misiones)
Las Cataratas son uno de los escenarios naturales más espectaculares del mundo, y Semana Santa es el tiempo ideal para recorrerlas.
Sin el calor agobiante del verano, estos cuatro días son perfectos para ver esta desmesura de la naturaleza: recorrerlo un día del lado argentino, con tranquilidad, caminando y deteniéndose en los circuitos Inferior Superior y en la impresionante Garganta del Diablo.
Bariloche
Cabalgata, escalada, trekking, mountain bike, kayak, navegación, montañismo... la lista de actividades que se pueden practicar en esta ciudad de Río Negro es interminable. Y en Semana Santa ya se hace presente el otoño, con atardeceres inolvidables y bosques y montañas que se visten de colores: ocre, amarillo, rojos. Pero atención, que los días más frescos invitan a otro de los grandes placeres patagónicos: la gastronomía de productos típicos y cervezas artesanales y, sobre todo, el chocolate.
Además del tradicional Circuito Chico y el Circuito Grande, son imperdibles la navegación a Puerto Blest y Cascada de los Cántaros, así como a Isla Victoria y el bosque de Arrayanes, además de recorrer la Ruta de los 7 Lagos hacia el norte, entre Villa La Angostura, a 82 km de Bariloche y San Martín de los Andes, a 190 km.
El Calafate (Santa Cruz)
La excursión al glaciar Perito Moreno, la gran estrella del Parque Nacional Los Glaciares, se puede hacer en medio día. Luego, se puede navegar por el lago Rico, hacer trekking sobre el propio glaciar, o disfrutar por un día completo del espectáculo de los glaciares Upsala y Spegazzini También hay cabalgatas, excursiones en 4x4, visitas a estancias y el imperdible a El Chaltén, a los pies del cerro Fitz Roy.
Ushuaia (Tierra del Fuego)
Mar, bosques, lagos, ríos cristalinos y montañas nevadas son el marco natural que envuelve a la ciudad más austral del mundo.
Los clásicos son una navegación por el canal Beagle con paso por las islas de los pájaros y los lobos, el Faro del Fin del Mundo y una caminata por la isla Karelo; la visita al Parque Nacional Tierra del Fuego y la bahía Lapataia, el Tren del Fin del Mundo, la cárcel más austral y la zona de centros de deportes invernales del valle de Tierra Mayor, uno de los escenarios en los que se filmó la película El Renacido.