Las soleadas pistas de montaña cercanas a León están cubiertas de tierra. En la primera etapa del viernes, el estonio podría ceder bastante tiempo mientras barre la tierra para dejar una línea más limpia y rápida para los coches que saldrán tras él.
"No será fácil, pero el año pasado vimos en México que es posible conseguir un buen resultado en esta posición, así que vamos a ver cómo va", dijo el piloto del Toyota Yaris, que encabeza la clasificación siete puntos por delante de Thierry Neuville.
"Fue una gran sensación ganar en Suecia, pero rápidamente cambiamos el chip para México. Volamos directamente a España para dos días de test sobre tierra el lunes y el martes después del rallye".
"Trabajamos en una serie de cosas diferentes, intentando estar lo mejor preparados posible", añadió Tänak, que debe enfrentarse a muchas otras complejidades.
Las tramos alcanzan una altura de 2.700 metros sobre el nivel del mar, privando a los motores de oxígeno y perdiendo hasta un 20 por ciento de su potencia habitual.
Se pronostica que las temperaturas superarán los 30°C durante todo el rallye y los Yaris han sufrido problemas de sobrecalentamiento aquí en sus dos visitas anteriores.
Tänak aún no ha conseguido un podio en México. Podría decirse que su mayor impacto en el rallye se produjo en 2015, cuando su coche se hundió en un lago. Él y su copiloto Raigo Mõlder salieron ilesos tras escaparse segundos antes de que desapareciera el coche bajo el agua.
A medida que las pistas se vuelven más rápidas con el paso de cada coche, los pilotos que empiezan más atrás tienen una oportunidad de oro para marcar el ritmo del primer día. Esto los pondría en una posición fuerte para las dos últimas etapas cuando los competidores arrancan en orden inverso a la clasificación.
Elfyn Evans y Teemu Suninen, al volante de sendos Ford Fiestas, el dúo de Hyundai i20 de Andreas Mikkelsen y Dani Sordo, y Jari-Matti Latvala, compañero de equipo de Tänak, tendrán sus ojos puestos en aprovechar la posición de salida más retrasada.