Agustina Imvinkelried tenía 17 años. Vivía en Esperanza junto a su familia, una familia muy conocida en la ciudad por ser su padre un empresario pyme maderero y presidente del Club Atlético Unión de Esperanza.
Este año, la joven iba a empezar su último año de secundaria en la E.E.S.O.P.I. N°2027 "José Manuel Estrada" (Secretariado) y, como toda adolescente que aprovecha las vacaciones, fue a bailar con sus amigas a Teos Disco, boliche al que todos los fines de semana asisten miles de chicos de la zona.
Como lo indicaron las cámaras de seguridad, exactamente a las 5:54 del domingo Agustina salió del local bailable y fue la última imagen que se tuvo de ella con vida. A partir de ahí, no volvió a su casa y su desaparición activó un operativo de búsqueda policial así como la movilización de la gente en redes sociales compartiendo su imagen y pidiendo información sobre su paradero.
Tras las primeras investigaciones, se identificó a Pablo Trionfini de 39 años, como la persona con quien se habría visto a Agustina por última vez en las afueras de Teos. Este hombre -un empleado municipal que contaba con antecedentes de violencia de género hacia su expareja- se suicidó cuando los vecinos y personal policial de la Unidad Regional XI del departamento Las Colonias llegó hasta su casa para interrogarlo, haciendo aún más difícil la tarea de encontrar a Agustina.
Las tareas para encontrar a la joven siguieron durante todo el domingo, y en la mañana del lunes llegó la confirmación que nadie quería escuchar: el cuerpo de Agustina fue encontrado en un descampado ubicado sobre avenida América, a unos 400 metros del local bailable. Estaba en una cuneta, cubierta de bolsas y hojas. Cerca de la zona donde encontraron a Agustina, muchos chicos y chicas conocidos de la adolescente llegaron acompañados de sus padres y se conmocionaron ante la confirmación del hallazgo.
"Era una chica muy sociable, compañera, simpática. Muy amiga de sus amigas", expresó a través del móvil de LT10 una compañera de escuela de Agustina. "Era de muy buen carácter, extrovertida", contó otro de los chicos que estaban en el lugar.
Lo cierto es que el caso llenó de congoja no sólo a Esperanza sino al país que se hizo eco de la noticia con desenlace fatal. Ahora será tarea de la Justicia determinar quién y por qué asesinó a esta joven santafesina de tan sólo 17 años que fue a bailar con sus amigas y no volvió más.
