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El Sindicato de Trabajadores de Correos y Telecomunicaciones de Santa Fe saluda fraternalmente a todos los distribuidores domiciliarios del Correo Oficial en su día, quienes cotidianamente ratifican con su labor el profundo compromiso de sentido social de una actividad que se remonta a 1771, antes de que se fundara la PATRIA.

Hoy tenemos el pleno convencimiento de la necesidad de estatizar definitivamente la empresa CORASA, luego de la acertada decisión del ex -presidente Néstor Kirchner en el 2003, de devolverla a la órbita del Estado Nacional y recuperarla para todos los argentinos.También consideramos imprescindible la legislación de un marco regulatorio de la actividad postal, ya que en la actualidad sigue vigente la salvaje desregulación perpetrada en la nefasta década del 90, y que derivara en su desprolija concesión, en el marco de una situación de crisis que concluyera con la debacle social, económica y política del 2001.De cara al futuro aprovechamos esta significativa fecha de nuestro gremio para advertir sobre la preocupante falta de proyectos concretos, como ser la implementación de nuevos productos que el mercado demanda y de servicios logísticos que sustituyan a los que paulatinamente van desapareciendo por el constante avance tecnológico, de manera de que se posicione al Correo de bandera como líder el sector postal, con el pleno reconocimiento del esfuerzo de los trabajadores mediante salarios y condiciones laborales dignas.

Los trabajadores históricamente hemos dado todo, y ya no depende solamente de nuestra voluntad alcanzar los objetivos anhelados, por consolidar el bienestar de miles de telepostales y garantizar el servicio básico universal a todos los ciudadanos argentinos.

Bruno Ramírez fue el primer cartero designado del correo, este oficio no existía y recién se estaba implementando el servicio en el Virreinato del Río de la Plata. Ramírez tomo posesión de su cargo el día 14 de septiembre de 1771, fecha en que se celebra en Argentina el “Día del Cartero”. Es así que aparece en las calles de Buenos Aires una figura que se convirtió con el correr del tiempo, en un personaje inconfundible del paisaje urbano: El Cartero, que con paso firme y decidido, con vocación y abnegación, cumple acabadamente un servicio indispensable para la sociedad.