Unión - Por César Carignano

Lunes 07 de Marzo de 2016 - 10:09 hs

"Unión debe edificar sobre lo positivo"

Actualizado: Martes 15 de Marzo de 2016 - 09:13 hs

Foto Gentileza El Litoral

El prólogo anunciaba altas probabilidades de buen fútbol. En este deporte no resulta sencillo encontrar el equilibrio y ser, por un lado, inocuo al ataque rival y por el otro, lacerante en ofensiva. Ante esta diatriba ambos se han caracterizado por priorizar el arco de enfrente. Por ideas, propuestas y realizaciones las expectativas crecían en la atmósfera del 15 de Abril.

Unión demostró en Rosario que con los mismos intérpretes puede potenciar su idea de juego, modificando sutilmente su planteo táctico, en post de acrecentar la tenencia, justamente para evitar el daño que puede causar la verticalidad del rival. Racing, en cambio, planteaba incógnitas respecto de la enorme rotación de jugadores.

Pero, como tantas veces ocurre en la vida misma, la realidad superó a la imaginación.

El local ensayó una presión alta, intentando interrumpir la clara salida de fondo de la academia, tratando de asociar juego, sobre todo por la banda izquierda, y de llegar a las proximidades de Saja con mucha gente. Pero las dudas previas sobre la visita se disiparon rápidamente. Los volantes externos decididamente se convirtieron en extremos para generar un mano a mano con la línea de fondo rojiblanca. Así, con una veloz contra, manejada con criterio, la academia tejió una gran jugada que culminó en gol. Y aquí pusieron de manifiesto con claridad sus intenciones.

El tatengue siguió presionando alto, buscando en el pivoteo de Riaño, de gran partido, las segundas pelotas para tomar posesión del balón en campo rival. Mientras Racing retrocedía con criterio y generosidad para lastimar con transiciones veloces y pobladas de gente, haciéndose eje en el gran Milito y en la movilidad del resto.

Una avivada a la salida de un córner propició un rebote que, en su estreno de gol, Pitton transformó en el empate. Y el partido se convirtió en un festival, con protagonistas que sostenían el propio, pero siempre pensaron en el arco opuesto. Cuando Racing pudo sumar a sus laterales en ofensiva, a las espaldas de Malcorra y Gamba generó supremacía, desbordes y chances claras. Cuando Unión pudo recoger el fruto del esfuerzo de su centrodelantero armó pequeñas sociedades. Así lo tuvieron ambos, pero fue la visita quién metió la siguiente mano.

Unión tuvo reacción, nunca acusó los impactos, se puso de pie y sostuvo la intensidad y las ganas. Por ello no sorprendió a nadie el gol de Riaño, quien a puro oficio se generó la opción y marcó. Como tampoco sorprendió la gran contra coronada por Villar, que empardó lo que era derrota por el oportunismo de Milito.

Lamentablemente las circunstancias no le dieron al local tiempo, en ningún caso, para sostener los empates que con méritos fue consiguiendo. Poco después del 3 a 3 una salida rápida de un dudoso foul en media cancha encendió el ataque académico que culminó, otra vez, en las piolas. Y nuevamente Unión debió asumir el gasto del partido, al cual nunca le sacó el cuerpo. Muy por el contrario intentó dignamente con sus armas, sosteniéndose así en partido siempre. Hasta que el match se rompió con la expulsión de Britez.

Allí se complicó verdaderamente el juego. Con tanta vertiginosidad, un jugador menos y el resultado desfavorable limitaron casi por completo las opciones de un equipo que siguió, no obstante, buscando hasta el ocaso con Martínez como abanderado espiritual. Lo del final es anecdótico. Capacidad de este deporte para burlarse del trámite decantando un resultado irreal.

Unión sintió el golpe por golpe, porque encontró más intensidad en el rival, no por proponer algo diferente. Este equipo genera peligro con transiciones rápidas, pero sigue sin encontrar los recursos para contener su arco. Sostenerse sobre los centrales, defender con poca gente, implica prevalecer en los duelos. Regresar con extrema dinámica es crucial. La solidaridad como valor grupal, es clave. El fútbol actual lo demanda, los rivales de jerarquía lo imponen y el tate deberá resolver funcionalmente su sistema defensivo, considerándolo con amplitud. El tema es colectivo, tanto como lo es atacar, plano en el que ha encontrado mayor eficacia. En dos semanas estaremos a mitad de campeonato, en posición de hacer algún balance ya de lo acontecido, pero antes aparecen escollos de alto riesgo, para los cuales este grupo debe prepararse, edificando sobre lo positivo y reconociendo las falencias.

Fuente: LT10 - César Carignano