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El clásico era el partido. El del despegue o el que iba a originar lo que finalmente sucedió. Con un Lucas Bernardi dejando el cargo que ostentó hasta ayer y con sólo dos encuentros del presente campeonato. Y, además, con una crisis dirigencial porque ahora deberán jugar a contrarreloj para cerrar el arribo de otro entrenador que pueda encauzar el rumbo y calmar las turbulentas aguas rojinegras. ¿Nombres? Jorge Sampaoli es el que hicieron trascender por lo bajo algunas voces vinculadas al rojinegro. Un nombre que hoy está entre los mejores del mundo y que cualquiera quisiera tener, pero es inviable. El Zurdo estuvo en Asia y hoy estará en Uruguay recibiendo el premio al mejor DT de América. “Lo que está claro es que no se puede improvisar”, dijo una fuente cercana al club y avisó que “Sensini podría dirigir los próximos dos partidos”.  Al menos hasta que la dirigencia consiga otro DT.
  La derrota golpeó otra vez con dureza. Sacudió y fuerte las estanterías leprosas. Por eso en la tardecita de ayer Bernardi salió a hablar como siempre, aunque esta vez sólo para entregar una frase: “Les agradezco por estos ocho meses de convivencia. No hay más para decir”. Enseguida dio media vuelta y se fue hacia el vestuario. No había otra lectura y más allá de que no mencionó la palabra renuncia lo que hizo fue en definitiva anunciar su partida del cargo.