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 Mientras los futboleros argentinos tenían la mayoría de sus miradas depositadas en lo que sería la atractiva y esperada Jornada 24 de los clásicos, España también ofrecía un juego pasional a nivel mundial. Se trataba nada más ni nada menos que del plato fuerte de la Fecha 3, la cual presentaba al siempre complicado Atlético Madrid de Diego Simeone recibiendo al defensor del título: el Barcelona de Lionel Messi.

A la espera de lo que serán sus estrenos en la Champions League (el \\'Aleti\\' visitará el martes al Galatasaray turco por el Grupo C; mientras los \\'culés\\' irán un día después ante la Roma por la Zona E), ambos buscaban seguir perfectos en el ámbito doméstico luego de haber festejado en sus dos primeras presentaciones. Los del "Cholo" contaban con Luciano Vietto en el banco (mientras Ángel Correa se quedó afuera de la nomina) y para los catalanes era sólo Javier Mascherano el argentino presente desde el inicio, ya que a la "Pulga" lo dejaron en el banco luego de haber faltado a la última práctica por el nacimiento de su segundo hijo Mateo.

Bajo este contexto salieron los protagonistas al campo de juego del Vicente Calderón y rápidamente se pudieron apreciar las intenciones de cada uno. El Barça era el que dominaba desde el inicio, mientras el "Colchonero" se mantenía lo suficientemente ordenado atrás y a la espera de alguna contra que le permitiera hacerle daño a su adversario sin quedar desprotegido.

Pero aunque los catalanes eran superiores, contaron con dos clarísimas chances de Rakitic (tapó el arquero) y Suárez (al travesaño), tuvieron que padecer el pésimo arbitraje de un Mateu Lahoz que no les concedió dos claros penales por mano de Giménez y se fueron al descanso con una mentirosa paridad sin goles.

Ya en el complemento, los de Luis Enrique se vieron sorprendidos rápidamente cuando el \\'Niño\\' Torres recibió un exquisito pase entre líneas y a toda velocidad se fue contra el área rival sin perdonar: mandó el balón al fondo de la red y abrió el marcador. Pero el Barça no se dejó sentir y apenas cuatro minutos después apareció Neymar para disfrazarse del rosarino y nivelar el juego con un exquisito tiro libre al ángulo.

Enseguida entró el argentino para afrontar la media hora final y terminar de salvar a los suyos. Fue apenas pasada la media hora cuando formó parte de una exquisita maniobra colectiva que terminó con el uruguayo cediéndole el balón para que Lio anote el 2-1 final y lo festeje con dedicación a su recién nacido hijo (antes, el árbitro volvió a ser protagonista del juego al no sancionar una clarísima mano de Godín para impedir el gol \\'culé\\').

Así, el Barcelona logró sacar adelante la primera prueba de fuego en el inicio de la nueva temporada y se mantiene en lo más alto con puntaje perfecto.