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Mientras la presidenta Cristina Fernández de Kirchner cumplía ayer el primero de los 30 días de reposo médico, el Gobierno se dividía entre la preocupación y la desorientación sobre cómo continuará la gestión y qué curso adoptará la campaña electoral, a tres semanas de los comicios legislativos. A tal punto llegaba el desconcierto entre las primeras líneas del oficialismo que al cierre de esta edición no había confirmaciones oficiales sobre si la mandataria formalizará un pedido de licencia para que el vicepresidente Amado Boudou asuma en su reemplazo, como establece la Constitución, o si se mantendrá al frente de la gestión desde la Quinta de Olivos, adonde permanece desde el sábado.

De todas formas, para el kirchnerismo, esa definición reviste características meramente formales, debido a que con licencia o sin ella las decisiones continuarán en manos de la Presidenta y de la mesa chica del Gobierno, con el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, como nombres destacados. Fueron ellos dos, de hecho, quienes se comunicaron en la noche del sábado con el resto de los integrantes del gabinete y con las principales espadas legislativas de la Casa Rosada para transmitirles la información sobre el hematoma en el cráneo que los médicos le detectaron a la jefa de Estado y la recomendación de reposo.

A la espera de directivas más precisas, Boudou regresó el sábado de urgencia desde Brasil –adonde se encontraba en misión oficial– y en su entorno preveían que se mudará a partir de hoy a las oficinas del Banco Nación que ocupó en enero del año pasado, cuando la Presidenta fue operada de un carcinoma papilar. Sin despacho en la Casa Rosada desde que el correspondinete a la Vicepresidencia fue convertido en museo, Boudou firmó allí los decretos y documentos que le bajaron entonces desde Olivos.

Por lo pronto, el vicepresidente ya suspendió otro viaje que tenía previsto a Francia y encabezará hoy un acto de gestión donde esta prevista la presencia de la mandataria. En la Casa de Gobierno entregará patrulleros nuevos para Gendarmería Nacional y anunciará la repatriación del científico número mil en el marco del programa Raíces. Junto a él estarán los dos protagonistas excluyentes de la campaña electoral: el primer candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde, y el gobernador Daniel Scioli. La premisa que seguirá Boudou es clara: encarar la gestión día a día, siempre en comunicación con Abal Medina y Zannini.

Para el resto de los ministros el panorama es similar. La mayor parte de ellos desconocía que la mandataria había sufrido un golpe en la cabeza el 12 de agosto –hecho del que El Cronista dio cuenta en su edición del 13 de ese mes–, aunque algunos estaban al tanto de las fuertes cefaleas que sufría en los últimos tiempos. “Acá estamos, puteando contra la mala suerte”, describió a este diario uno de ellos, quien admitió que aún no había recibido precisiones sobre “la intensidad del reposo” y sobre si “se va a convertir o no en un pedido de licencia”. El funcionario destacó que, a pesar de la noticia, no hubo modificaciones en la agenda de trabajo.

Entre las voces del Congreso se repitió la misma preocupación. La noticia fue descripta como “un baldazo de agua fría” en la primera línea legislativa del kirchnerismo, cuyos integrantes reconocen que reina en el oficialismo la “incertidumbre por lo que pasará dentro de 30 días”. Es decir, si la Presidenta retornará a la actividad normalmente, si deberá prolongar su licencia o si necesitará una intervención quirúrgica.

Otro tema de preocupación para el oficialismo es la visibilidad que adquirirá Boudou faltando tan poco tiempo para las elecciones. La figura del vicepresidente, con malos registros de imagen pública, podría incidir en la cosecha de votos kirchneristas, que desde el escenario que configuraron las elecciones primarias ya se anticipa insuficiente.

A la mandataria le diagnosticaron el sábado una colección subdural crónica, debido al golpe que sufrió un día después de esos comicios. El sábado concurrió a la Fundación Favaloro para realizarse un estudio cardiovascular por una arritmia en observación y, debido a la fuerte cefalea que sufría, los médicos solicitaron su evaluación neurológica, detalló el parte oficial. Fue tras esos estudios que la Presidenta recibió el diagnóstico sobre el hematoma que tiene en el cráneo y por el que los médicos le indicaron 30 días de reposo.