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 La salud privada se podría volver a encarecer a fin de año. Si finalmente prosperan las negociaciones que ya iniciaron hace algunos meses las empresas del sector –tanto prepagas como los denominados hospitales de comunidad–, habría que esperar un nuevo retoque en las cuotas para diciembre próximo.
La necesidad de poner en circulación estas subas tiene que ver con que los trabajadores de Salud acordaron una mejora en sus salarios del 26%, que se pondrá en marcha entre julio y diciembre.
Por esto, la mayor parte de las compañías del rubro ya encarecieron sus cuotas en junio –o lo harán este mes–, debido a que desde junio comenzó a correr la primera cuota del aumento salarial para los trabajadores, del 15 por ciento.
La segunda cuota de las subas de sueldos, que será del 11%, está pautada para diciembre, y para ese entonces los empresarios pretenden tener acordado con el Gobierno otro retoque de las cuotas. Según sostuvieron a El Cronista fuentes del sector, “el ideal”, sería que se aprobara un alza de dos dígitos, aunque entienden que sería “altamente improbable”, que se diera el visto bueno a esta posibilidad.
Así, confían en que, la suba en las cuotas para fin de año sería similar al que corre desde ahora, y que se movería entre el 8% y el 9 por ciento. De todos modos, esto también debe ser aprobado por el Gobierno.
“Es cierto que se trata de un tema que ya se habló hace algunos meses, pero no podemos decir que se trate de algo cerrado. El Gobierno ya sabe de nuestra necesidad para fin de año y lo entendió; ahora será cuestión de seguir las negociaciones”, dijo un empresario del sector de la medicina prepaga a El Cronista.
Incluso, no se debe descartar que se de lugar al pedido empresarial, pero que como ya ocurrió en años anteriores ese crecimiento se desdoble y se estire hasta febrero o marzo de 2014.
En caso de que las cosas salgan como las firmas quieren, cerrarán el año con una suba, en el mejor de los casos, del 17%, una cifra muy cercana al 19% que reclamaban las compañías.
El 8% del alza en las cuotas que se aprobó, sin embargo, había sido reclamado antes de que se acordaran las paritarias, y tenía que ver con una “recomposición” que pretendía el sector, y que arrastraba de 2013. En principio hubo un visto bueno oficial, pero luego se incluyó a la medicina privada entre los sectores que congelarían sus precios tal como ocurrió, entre otros, con los supermercados.
De acuerdo con la ley que regula la actividad, quien debe dar el veredicto final sobre los incrementos que se pondrán o no en marcha es la Secretaría de Comercio Interior, que comanda Guillermo Moreno, luego de que la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) da su parecer al respecto.
Tanto en las compañías de medicina privada como en los hospitales de comunidad (como se conoce a hospitales como el Británico o el Alemán, por citar un par de casos) sostienen que, más allá de estos incrementos la situación del sector es “muy poco favorable” desde hace años. Incluso, advierten que su rentabilidad anual no supera el cuatro por ciento.