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 Al momento de evaluar posibles acuerdos electorales, la figura de Roberto Lavagna es una de las más buscadas por los referentes de la oposición. Sin embargo, el ex ministro de Economía prefiere esconder las cartas hasta último momento, por razones estratégicas.

En una entrevista con el programa El Envión (FM Identidad 92.1), el economista eludió todas las preguntas que apuntaron a lograr una definición sobre su posicionamiento político en las próximas elecciones, aunque descartó la posibilidad de presentarse como candidato en la Provincia.

"La política argentina está tan deteriorada, que cualquier reunión da lugar a una discusión sobre candidatura, por lo menos en los medios", criticó Lavagna, que al ser consultado sobre la posibilidad de sumarse a un frente electoral con Mauricio Macri o Sergio Massa respondió con evasivas.

"¿Armar un frente en la Ciudad con Macri? No sé, no lo podría decir, dejemos que las cosas transcurran sin prejuzgar", eludió el ex funcionario kirchnerista. "¿Una candidatura de Massa? Por supuesto que me agradaría, claro que sí", respondió más tarde, aunque minutos después volvió a tirar la pelota afuera: "Tengo domicilio en Capital, ja ja ja. Tuvimos un muy buen diálogo con Massa y ya se engancharon con eso. No, olvídense".

Para Lavagna, la realidad hoy obliga a "hablar de temas que tengan que ver con el futuro del país"; en ese sentido señaló dos objetivos esenciales: "El mantenimiento de la actual Constitución, evitar la reforma y en consecuencia el intento (del kirchnerismo) de perpetuarse en el Gobierno".

El otro tema al que el economista le da vital importancia es "la transparencia electoral"; para fundamentarlo, explicó: "Hay un nivel de fraude e irregularidades mucho más alto del que el ciudadano piensa, incluso de lo que yo vi siendo candidato a presidente en 2007". "Son temas muy de fondo, no una mera discusión sobre candidaturas", consideró.

La reforma, el cepo y el relato

En otro tramo de la entrevista, Lavagna pudo salir de las consultas sobre su candidatura y se enfocó en las políticas del Gobierno, con sentencias críticas.

El ex ministro consideró que "cualquier dirigente que quiera hablar ahora de 2015 debería ser castigado en las urnas por los ciudadanos, porque las cosas centrales se están jugando en 2013".

En ese sentido apuntó: "No va a haber un 2015 normal si el 2013 sale mal, si todo el poder vuelve a quedar en manos del Gobierno". La explicación de semejante sentencia también fue contundente: "¿Si va a haber reforma de la Constitución si ganan en 2013? No tengo la menor duda, tengo el 100% de certeza de que va a ser así".

El economista también se refirió al cepo cambiario y consideró que "no hay ninguna posibilidad de salir, porque esa es la contrapartida de tener que importar todos los años 12.000 millones de dólares de energía. La idea de que esto iba a ser transitorio… muchos dijeron \\'esto se va a aflojar\\', pero no, no se va a aflojar por ese dato estructural".

El ex ministro de Economía también dio su visión de los problemas vinculados a la inflación y, luego de considerar que algunas expresiones del oficialismo son propias de "Alicia en el país de las maravillas", apuntó contra el relato.

"Usted va al diccionario, mira lo que es el relato y ve que es un cuento, que tiene poco que ver con la realidad, es un embuste, una mentira; en este caso se están tratando como cosas nuevas, hechos que simplemente van emergiendo con más fuerzas pero ocurren desde el año 2007", concluyó.